Mes y medio después de que levantase la excomunión que pesaba sobre cuatro obispos lefebvristas, el Papa ha reconocido dos fallos en la forma en que se gestó y motivó una medida que ha originado la mayor crisis de credibilidad en los cuatro años que lleva ocupando la silla de Pedro. En una carta, dirigida a todos los obispos del mundo, Benedicto XVI explica qué se hizo mal y por qué se hizo.

Hubo dos fallos, reconoce el Pontífice, según el diario italiano Il Foglio , que ayer publicó varios párrafos de la misiva. Ambos ya habían sido señalados por todos aquellos que se sorprendieron del gesto papal, sobre todo de la retirada de la excomunión a uno de los prelados, Richard Williamson, un notorio negacionista del Holocausto.

La primera equivocación, admite el Papa, reside en que la Santa Sede "no se dio cuenta" de que hubiese bastado una sencilla búsqueda en internet para conocer las judeofóbicas palabras de Williamson. El segundo fallo tiene que ver con la tan criticada, por inexistente, política mediática vaticana: Ratzinger reconoce que las revocaciones de las excomuniones "no fueron clara y suficientemente ilustradas".