La mayoría de los países de la Unión Europea no respaldó ayer en el comité técnico regulador la propuesta de la Comisión Europea de autorizar la importación y comercialización del maíz modificado genéticamente BT-11, elaborado por la multinacional suiza Syngenta. Las organizaciones ecologistas aplaudieron la decisión.

La decisión significa el aplazamiento del fin de la moratoria europea sobre organismos modificados genéticamente, que está en vigor desde 1999 y que Estados Unidos denunció el pasado verano ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) como una práctica comercial ilegal.

Ante el bloqueo de la propuesta en el Comité Permanente de Alimentación de la UE por falta de respaldo suficiente, el Ejecutivo comunitario, que es favorable a la autorización de nuevos productos transgénicos, anunció que elevará la propuesta al Consejo de Ministros europeo en enero.

Sólo seis países votaron a favor de autorizar la importación y comercialización del maíz transgénico, entre ellos España y Gran Bretaña.