Casi 7.000 de los 216.000 edificios derribados por el terremoto del lunes en la provincia china de Sichuan son escuelas, según datos oficiales. Es decir, uno de cada 30. Más allá de si es o no una proporción anormal, la opinión pública se pregunta por qué no ofrecieron más resistencia. El instituto de Dujiangyan ha sido noticia desde el primer día por los 700 estudiantes que aún permanecen bajo sus escombros. Fue el único edificio caído en el centro urbano, y sus ruinas contrastan con la firmeza de los que le rodean.

El ministro de Vivienda y Desarrollo Urbano y Rural, Jiang Weixin, aclaró el viernes que el seísmo "no solo derrumbó las escuelas, sino los edificios a su alrededor", y que "no todas las escuelas se desplomaron". A la vez, anunció una investigación y castigos duros si revelaban culpables. Un editorial del China Daily aseguraba que no podía permitirse "dejar de plantearse preguntas incómodas sobre la calidad de las estructuras de los colegios". Los padres acusan a la enquistada corrupción de los gobiernos locales, que, siendo cierta, no explica todo el cuadro.

Sichuan es una provincia atrasada de un país en vías de desarrollo, así que una escuela en mal estado no es extraordinaria. Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico concluía que las escuelas se derrumban "rutinariamente" durante los terremotos. Hay ejemplos recientes en Argelia, Marruecos, Turquía y Pakistán, donde 17.000 niños murieron y 7.000 escuelas en el 2005. La causa común es el uso de materiales baratos.

Los gobiernos locales han de cubrir la mitad de los gastos de la enseñanza obligatoria, lo que anima a escatimar. Tras el terremoto de Tangzhan de hace 32 años, que causó 242.000 muertos, China ha ido endureciendo la ley hasta exigir estándares de construcción similares a los vigentes en Estados Unidos o Europa. Pero su supervisión es muy laxa en las provincias, que suelen escapar al control de Pekín.

OTRA SACUDIDA Ayer, una fuerte réplica de 6 grados en la escala Richter sacudió a las 1.08 horas Sichuan. El epicentro se localizó en Jiangyou y se sintió en Chengdu, la capital provincial, donde muchos ciudadanos bajaron aterrorizados a la calle. Desde el terremoto de 7,8 grados, al menos ha habido 20 réplicas por encima de 5 grados. En lugares como Beichuan, algunas han sido más devastadoras que el primer seísmo.

Muchos de los 10 millones de habitantes de Chengdu no se atreven aún a volver a sus casas. Muchos restaurantes siguen cerrados y algunas tiendas han agotado las reservas de agua.