Varios agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) dotados con material tecnológico especial se encuentran en Mauritania desde hace unos días para dar apoyo a los espías destacados en el país en la búsqueda de los tres cooperantes españoles secuestrados: Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta. Los indicios sobre la autoría de Al Qaeda hicieron extremar todas las precauciones "desde el primer momento", explicaron fuentes del Gobierno, que ayer volvieron a pedir "prudencia" y mostraron su temor por que el secuestro "vaya para largo".

Los agentes de refuerzo se sumaron a los que trabajan en la zona, que desde el principio se han coordinado con las fuerzas de seguridad mauritanas. El nuevo equipo aportó material para facilitar las comunicaciones tanto entre los diferentes agentes que trabajan en el territorio como con España, y equipamiento tecnológico para la localización de personas y el rastreo de comunicaciones.

Tras el caos y los desmentidos registrados durante el martes sobre la posible liberación de los catalanes, el Ejecutivo trató ayer de rebajar la tensión y puso en marcha su nueva política para informar sobre el secuestro, similar a la que funcionó con la captura del Playa de Bakio , en el 2008, y que dio buenos resultados frente a la caótica gestión comunicativa sobre el Alakrana .

NINGUNA MENCION A AL QAEDA El Ministerio de Exteriores será el encargado de emitir una nota oficial tras la reunión del comité técnico (secretarios de Estado y altos cargos de los ministerios de Exteriores, Defensa e Interior). En la de ayer, Exteriores se limitó a señalar que todas las gestiones están encaminadas a saber "la localización exacta" de los tres cooperantes. También recordó que el Gobierno español cuenta con la ayuda de otros países "para garantizar la mayor información y cooperación posible en este caso". Además, el Ejecutivo siguió sin mencionar si los autores del secuestro están vinculados con Al Qaeda.

Ayer por la tarde, la célula de coordinación, encabezada por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y los ministros Miguel Angel Moratinos (Exteriores), Alfredo Pérez Rubalcaba (Interior), Carme Chacón (Defensa) y el director del CNI, Félix Sanz, se reunió hora y media.

Donde se ha desatado una tormenta política a raíz del secuestro ha sido en Mauritania, cuyo presidente, Mohamed Ould Abdelaziz, destituyó ayer a Mohamed Ul Bekrin, el general jefe de la Gendarmería, el cuerpo que coordina la búsqueda de los secuestrados. Aunque no hay una versión oficial, fuentes militares mauritanas explicaron que su destitución "se debe al hecho de no haber detectado que la amenaza yihadista iba a llegar hasta la principal carretera del país y a la mala gestión del dispositivo para localizar a los rehenes".

SIETE SOLDADOS DE ESCOLTA Mientras, el resto de miembros de la expedición humanitaria Barcelona Acció Solidària reemprendió su camino a Senegal y Gambia. Solo se quedaron en Nuakchot el jefe de la expedición y el conductor de un todoterreno. El convoy partió escoltado por siete agentes armados que les acompañarán hasta cruzar la frontera con Senegal por el paso de Rosso. Desde ahí planean seguir hasta la ciudad de Thies.

Los gendarmes de la escolta lanzaron mensajes de sosiego y tranquilidad. "Vamos a atrapar a los secuestradores", clamó un agente. Envalentonado, el joven comentó: "No es la primera vez que detenemos a islamistas", en alusión a las frecuentes redadas de los últimos dos años. Los responsables de la caravana han eliminado el destino más alejado de su recorrido por Senegal para estar en Dakar a tiempo de coger el martes un avión a Barcelona, informa Edwin Winkels.