El edificio número 12 de la Cuesta del Hospital de Santander, contiguo al que se derrumbó ayer, el número 14, había sido derribado por dentro sin permiso del Ayuntamiento, que sólo había autorizado unas obras menores, y se sospecha que esta misma semana se había iniciado una excavación en su interior. El alcalde de la ciudad, Íñigo de la Serna (PP), ha explicado hoy que un arquitecto municipal visitó el edificio número 12 el lunes pasado, día 3, ante las quejas de los vecinos del resto de la calle y comprobó que se habían hecho obras en su interior que superaban el permiso concedido en febrero de 2006 por el Consistorio: licencia de obra menor para reparación de fachadas y cubierta.

El arquitecto consideró en ese momento que no había riesgo estructural que aconsejara el desalojo de las viviendas colindantes, pero "todo parece indicar", ha añadido el alcalde, que la empresa que se encargaba de obra, llamada Memecons, emprendió tras su visita una excavación "de magnitud" en su interior. El derrumbe del edificio número 14 ha costado la vida a dos personas, Gumersinda Colmenero Carranceja y su hijo Jesús María Gómez Colmenero, y probablemente también a una tercera, un ciudadano argentino que convivía con ellos y al que todavía se busca entre los escombros. La Comisión Municipal de Fomento ha encargado hoy un informe técnico urgente para averiguar por qué se vino abajo.

A la espera de que se conozcan sus conclusiones, con los datos de que ya dispone el Consistorio cobra fuerza la hipótesis ya apuntada anoche por los vecinos, y también por el propio alcalde, de que el origen del desplome del portal número 14 de la Cuesta del Hospital puede estar en las obras que se realizaban en el inmueble contiguo.

De la Serna ha explicado hoy que el edificio derrumbado no tenía declaración de ruina, mientras que en el número 14 había sido el propio servicio de disciplina urbanística del Ayuntamiento de Santander el que había obligado a su comunidad de propietarios a hacer reparaciones en las fachadas y en la cubierta. El alcalde ha recalcado que la licencia fue concedida en esos términos, como "obra menor", pero también ha reconocido que los servicios municipales se dieron cuenta de que sus límites no se estaban respetando debido a las denuncias de los vecinos.

Quejas de los vecinos

Fue el lunes pasado cuando otro vecino más llamó para quejarse de que estaban apareciendo grietas en su casa. El Ayuntamiento cree "casi con toda probabilidad", aunque no lo tiene confirmado, que el autor de la llamada telefónica fue uno de los hijos de la fallecida. Ese mismo día, ha enfatizado el alcalde, el arquitecto municipal se personó en el edificio, comprobó que la empresa constructora había hecho obras por encima de lo autorizado y emprendió los trámites para instruir un expediente sancionador, pero no detectó riesgos estructurales ni en el edificio reformado ni en los colindantes.

"Sin embargo, (el arquitecto) sí dice en su informe que se deben agilizar los trámites para mejorar la cimentación del número 12. Eso sucede el lunes y, al parecer, desde ese día hasta que se produce el desplome la empresa pudiera haber realizado labores de excavación por debajo de la rasante, aunque no está confirmado", ha añadido.

De la Serna también ha indicado que, por la información que ha recibido de los vecinos afectados, esta misma semana la empresa encargada de la obra del número 12 había llegado a un acuerdo privado con los inquilinos del número 14 para realojarlos en otro lugar; acuerdo, ha subrayado, que no fue comunicado al Ayuntamiento.