El Gobierno ha decidido lavarse las manos y dejar en manos de los colegios no solo el horario de la clase de Religión, sino también la alternativa para quienes decidan no cursar esta materia. Así se desprende del borrador de real decreto sobre enseñanzas mínimas, que la Conferencia Episcopal Española (CEE) "no ve mal, puesto que no ha dicho nada en contra", según el secretario general de Educación, Alejandro Tiana. No obstante, el episcopado eludió hacer comentarios y aseguró que todavía no ha llegado a ningun acuerdo en materia educativa con el Gobierno.

NEGOCIADO Tiana anunció que este asunto y otros relacionados con el desarrollo de la ley orgánica de Educación serán abordados el martes en una reunión con representantes de las comunidades autónomas, que deberán garantizar la opción de los padres. La enseñanza de Religión en secundaria será objeto de otra norma y otra negociación.

El decreto, que también será consultado al Consejo Escolar del Estado antes de ser aprobado, establece que los centros docentes arbitrarán las medidas oportunas para que los alumnos que no den clase de religión "reciban la debida atención educativa". Según fuentes oficiales, al no imponerse una alternativa común podría ocurrir que unos centro ofrezca una materia o actividad más atractiva, mientras que otros hagan todo lo contrario. El Ministerio de Educación se limita a señalar que tendrá que ser "una opción educativa y que no discrimine a a ningún alumno". Además, los padres tendrán que ser informados de la alternativa por la que opte el centro.