Tras una semana de escándalos, Isabel II tiene algo que celebrar: el nacimiento, en la madrugada de ayer, de la hija del príncipe Eduardo y Sophie Rhys-Jones (foto), condes de Wessex. La niña, séptima nieta de la reina, nació semanas antes de lo previsto, tras una cesárea, y pesó casi dos kilos. El bebé fue trasladado, por precaución, al Hospital de Saint George, que tiene una unidad de prematuros. Según un comunicado, la madre, de 38 años, y la recién nacida se hallan en "estado estable". En el momento del nacimiento, Eduardo estaba en isla Mauricio.