La epidemia del sida se ha estabilizado por primera vez en el mundo tras alcanzar cotas máximas de afectación a finales de los 90, según anunció ayer Onusida en la presentación de su informe bienal. Pero esta estabilización no es uniforme. En el Africa subsahariana, la Europa del Este y el Asia Central, la epidemia sigue expandiéndose. Sólo en el 2005, el sida se cobró la vida de 2,8 millones de personas en todo el mundo, mientras 38,6 millones seguían conviviendo con el virus. De estas últimas, casi la mitad, 17,3 millones, son mujeres.

El experto de la ONU Peter Ghys explicó que la epidemia "crece ahora a un ritmo más lento de lo que lo hacía en los años 90" y remarcó que dos terceras partes de todas las personas afectadas (24,5 millones) viven en Africa subsahariana. Ghys puntualizó que se han registrado descensos en la prevalencia del VIH en Kenia, Zimbabue, zonas urbanas de Haití y Burkina Faso y en cuatro estados de la India. Pero la epidemia empeoró en otros países africanos como Suráfrica, Mozambique, Botsuana, Namibia o Swazilandia.

También en EEUU, el número de personas que viven con el VIH alcanzó su nivel máximo, con 1,2 millones de personas y una prevalencia del 0,6% en el 2005. Sin embargo, el acceso generalizado a la terapia antirretroviral ha mantenido el número de muertes por sida relativamente bajo tanto en EEUU como en Europa. Se da la circunstancia de que en Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia y Suecia, un tercio de las infecciones detectadas en el 2005 y atribuibles a relaciones heterosexuales se contrajeron en el extranjero, especialmente en Africa. En España, en el 2005, había unas 140.000 personas con VIH.

Onusida dice que la financiación anual de la lucha contra esta enfermedad pasó de 235 millones de euros en 1996 a 5.700 millones en el 2005.