La fiscalía no tendrá contemplaciones con el conductor de un todoterreno que el sábado causó el accidente de un autocar en Benalmádena (Málaga) en el que murieron nueve turistas finlandeses. "Aplicaremos rigurosamente la ley", destacó ayer el fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas. Una vez que la Guardia Civil concluya sus investigaciones y, como se presume, demuestre la culpabilidad del conductor, caerá sobre este todo el peso del Código Penal.

El hombre, que duplicaba la tasa de alcohol permitida, podría ser acusado de homicidio imprudente. Tras condenar su actitud, Vargas pidió a los conductores que reflexionen sobre la peligrosidad de las imprudencias.

Varios miembros de la Guardia Civil de Tráfico se trasladaron el mismo sábado por la noche desde Madrid al lugar del siniestro, para analizar las posibles causas del choque. Una vez que el atestado esté terminado, la fiscalía pedirá al juez mano dura con el infractor, que todavía no ha declarado porque permanece ingresado en el hospital. La Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes exigirá al fiscal que pida prisión provisional para el "homicida".

El delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, confirmó que el hombre realizó un adelantamiento por la derecha con su todoterreno. Chocó con los guardarraíles y colisionó con la parte trasera del autobús. El delegado del Gobierno añadió que uno de los quitamiedos "penetró en el bus como una espada" agravando las consecuencias de la brutal colisión.

Tras el siniestro, nueve personas --seis mujeres, dos hombres y una niña-- murieron. Otras 22 fueron hospitalizadas. Cuatro de ellas ya han recibido el alta. Salvo una mujer, que está en coma, el resto de las víctimas van mejorando. Algunos regresaron ayer mismo a su país.