El testimonio de una mujer ha permitido a los Mossos d´Esquadra desmantelar la banda de proxenetas que controlaba el 50% de la prostitución de nigerianas en Barcelona. Entre las mujeres explotadas por esta red están las jóvenes que ejercían en los tramos finales de la Rambla y cuyas imágenes ofreciendo servicios sexuales al aire libre generaron una gran polémica el pasado septiembre. En una redada realizada el martes en cuatro localidades, la policía autonómica ha detenido a nueve nigerianos, de los que ocho han ingresado en prisión acusados de traficar con seres humanos y de explotar al menos a 50 mujeres en varias zonas de la capital catalana.

La investigación se inició en mayo, cuando una mujer nigeriana se acercó a los Mossos dispuesta a denunciar a la mafia que, desde el 2006, la explotaba en las calles de Barcelona y que hostigaba a su familia en Nigeria. La mujer, que fue declarada testigo protegido, explicó su pesadilla: el inicio, cuando fue captada en Benin, la ciudad nigeriana en la que vivía; su llegada a España y la explotación en Barcelona, donde vendía su cuerpo para saldar la deuda de 60.000 euros contraída con la mafia.

Según relató ayer el inspector jefe del Area Central de Crimen Organizado de los Mossos, Jordi Ollé, las dificultades para pagar su deuda a la mafia hizo que sus miembros la castigaran. A las amenazas y al secuestro de un menor de su familia en Nigeria le siguió la muerte de su madre en circunstancias muy sospechosas --los Mossos creen que se trató de un homicidio--.

ROBO A TURISTAS Según Ollé, cuando la mafia traía a las chicas a Barcelona, les decía que "tenían una deuda de 60.000 euros que habían de pagar en seis meses". "La obsesión de conseguir todo el dinero posible para pagar esa deuda hacía que las mujeres nigerianas estuvieran casi todo el día trabajando y que, si podían, robaran a los turistas", dijo el inspector jefe.