Interrogado recientemente sobre qué cosas había hecho bien José Luis Rodríguez Zapatero, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, apenas acertó a decir un par de ellas y una era la seguridad vial. Su respuesta --al margen de la inquietud personal que el presidente del PP siente por la cuestión-- es un reflejo de lo incontestable de las cifras. Cada nuevo balance de siniestralidad refleja una nueva caída de las muertes aún más pronunciada. Ayer se cerró el último capítulo, el de la Semana Santa, con un fuerte descenso de fallecidos del orden del 30% respecto al año anterior. Y con una bajada algo inferior, del 26%, en el número de heridos graves, el nuevo reto que se ha marcado esa fábrica de ideas en la que se ha convertido la Dirección General de Tráfico (DGT), con Pere Navarro a la cabeza.

El descenso de esta Semana Santa ha sorprendido incluso a los responsables de tráfico. Hace tan solo dos años, Pere Navarro cosechó un fracaso al no bajar del listón de las 100 muertes que él había puesto. Se quedó en 103 y hubo hasta quien se atrevió a pedir su dimisión. En el 2008, con un Pere Navarro escarmentado que no hizo pública meta alguna, la caída fue tan meteórica --la cifra quedó en 66-- que para este año hasta los más optimistas auguraban un leve repunte. Pero a las ocho de la tarde de ayer, a tan solo cuatro horas de cerrarse la operación de tráfico de Semana Santa, se habían contabilizado 45 fallecidos. Menos de la mitad del listón contra el que en su día se estrelló el director general.

NUEVA LEY EN LA MANO ¿Qué explica una progresión tan positiva? Más allá de los argumentos que hoy expondrá el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, desde la DGT se recuerda un dato: con el nuevo Código Penal en la mano, cada día se condenan en España con todo el rigor a unos 140 conductores, la mayoría de los cuales no vuelven a delinquir. Y otro argumento que invita a la reflexión: las muertes han dejado de crecer en los periodos vacacionales porque en ellos salen a la carretera la gran mayoría de ciudadanos, que ya han asumido el mensaje de rigor de la nueva política de seguridad vial.

El descenso en el número de desplazamientos se considera, en cambio, un factor insignificante en la explicación de las cifras. Ha sido, además, algo inferior al esperado del 8%. La cifra aún no está cerrada, pero probablemente roce el 5%.

Por vez primera, esta Semana Santa se hará pública la cifra de heridos graves. Las primeras estimaciones apuntaban anoche el citado descenso del 26%, sobre los 365 registrados en las minivacaciones del año pasado. La caída en los dos últimos años es también de vértigo porque en el 2007 se contabilizaron 471.

SEGUIMIENTO DIARIO Seguros de que la lucha contra las muertes en carretera está bien encarrilada, los responsables de tráfico se han propuesto hacer un seguimiento de los heridos graves. Hasta ahora solo trascendían los producidos en los accidentes mortales, una cifra poco significativa. Había que esperar varios meses para tener el dato anual.

El resultado es que las 20.000 personas que cada año ingresan en los hospitales debido a un siniestro de tráfico apenas merecían la atención de nadie, pese a que en muchos casos comportan tremendos dramas personales. El último dato disponible corresponde al 2007: 19.295 heridos graves, cinco por cada uno de los fallecidos ese año.

PRUEBA PILOTO En Semana Santa se ha llevado a cabo tan solo una prueba piloto, pero el resultado ha sido "muy positivo , y es muy probable que se extienda al resto del año, según fuentes de la DGT. Agentes de la Guardia Civil, Mossos d´Esquadra y la Ertzaintza han enviado diariamente al organismo gubernamental los datos de los partes de accidentes con heridos graves, que son aquellos que requieren un ingreso hospitalario de un mínimo de 24 horas.

A buen seguro que Rajoy también se habrá alegrado de que el Gobierno haya puesto el foco en los heridos graves. Al fin y al cabo, él fue en su juventud uno de ellos. De aquel accidente le quedan varias cicatrices que oculta su barba y una especial sensibilidad por la seguridad vial.