Quince organizaciones humanitarias presentaron ayer una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, en Madrid, para reclamar una investigación sobre la actuación de la Guardia Civil en Ceuta el pasado 6 de febrero, cuando al menos 14 inmigrantes subsaharianos murieron ahogados al tratar de alcanzar suelo ceutí en la playa de Tarajal. La denuncia de las oenegés contiene relatos escalofriantes que contradicen completamente la versión de la Guardia Civil y que ayer mismo fueron rebatidos por el director general del instituto armado, Arsenio Fernández de Mesa, que además de calificar de "impecable" la actuación de los agentes emplazó a las organizaciones humanitarias a preguntarse también "alguna vez en qué condiciones realizan su trabajo" los guardias destinados en Ceuta.

El documento presentado por la abogada representante de las oenegés, Patricia Fernández, incluye, a partir del testimonio aportado por los subsaharianos, una larga lista de presuntas irregularidades cometidas por la Guardia Civil. "Las balas de caucho --señala por ejemplo la denuncia-- se lanzaban inicialmente al aire, pero como los agentes veían que seguían entrando personas en la zona española y que en el mar había muchas personas, comenzaron a pegar los tiros al agua".

Otras afirmaciones que contiene la denuncia son mucho más duras. Así, recoge el relato de un superviviente que explica cómo fue "golpeado por una bala en la espalda y por otra en la cabeza. Y cuando salió del agua, una mujer guardia civil (...) le obligó a ponerse de rodillas arremetiéndole con las defensas de goma. Estos golpes le causaron lesiones en boca, dientes y muslo", según la denuncia.

EMPUJADOS AL LADO MARROQUI El relato de los hechos entregado por las oenegés a la fiscalía también asegura que los guardias civiles que trataban de impedir desde el mar que los inmigrantes alcanzaran suelo español les "denegaron el auxilio" y les impidieron subir a las barcas. Los inmigrantes denuncian incluso que algunos de los disparos con pelotas de goma se efectuaron desde las embarcaciones policiales y que, desde una de ellas, "una persona, con un palo largo, iba empujando a los heridos, supervivientes y cadáveres al lado marroquí, para evitar que alcanzaran la costa española".

También la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) expresó ayer desde Rabat su "conmoción" por la tragedia y reclamó las pesquisas necesarias sobre los hechos. La fiscalía de Ceuta ya ha ordenado que se investiguen las circunstancias en que se produjo el fallecimiento del único subsahariano cuyo cuerpo ha sido recuperado hasta ahora en aguas españolas.

Para intentar hacer frente a la polémica, la Guardia Civil difundió ayer un vídeo en el que se ve a un grupo de inmigrantes dirigirse en avalancha hacia la valla de Ceuta y arrojar piedras a los agentes antes de que saltar al mar. Las imágenes, no obstante, finalizan antes de mostrar qué sucedió luego en el agua. Fernández de Mesa, que fue delegado del Gobierno en Galicia cuando en el 2002 se hundió el Prestige, mantuvo ayer: "Lo que hemos utilizado son los mismos métodos, medios y operativos que llevamos utilizando desde 1993, mejorados con el paso del tiempo, y sin infringir nunca la ley".