El Hospital Infanta Cristina cuenta desde hace dos años con un despacho destinado a ofrecer servicios religiosos protestantes a los enfermos y familiares que así lo requieran. El encargado de desempeñar estas funciones es Julio Cháfer, un pastor evangélico nacido en Valencia, casado y con tres hijos. Cháfer acude al hospital pacense todos los jueves por la tarde y recibe en el despacho habilitado en las dependencias hospitalarias a todos aquellas personas que necesiten apoyo u oración.

El pastor protestante define la ayuda que presta en el hospital como la de un "médico de almas que intenta curar la parte espiritual de los enfermos". Antes de llegar al Infanta Cristina, Cháfer realizó esta misma labor pastoral en centros de Cataluña, Valencia y Murcia.

Este levantino afincado en Badajoz desde 1998 considera que, gracias a este servicio, la ciudad ha dado "un paso importante en defensa de la libertad religiosa consagrada en la Constitución. La autoridad religiosa no se puede imponer, sino que se reconoce". Sin embargo, reconoce que los inicios en el hospital no fueron fáciles: "Los celadores me miraban con recelo al verme en las plantas. La relación era algo tensa, pero desde que llevo una bata del SES se me permite moverme con mayor libertad".

Cuando aún no tenía a su disposición un despacho que le ofreciera la intimidad necesaria para charlar con los enfermos, Cháfer les visitaba en las habitaciones. Su carné de ministerio de culto le bastaba como pasaporte. Ahora, después de dos años de intensa labor pastoral, Cháfer empieza a recoger los frutos en forma de reconocimiento tanto por parte de los enfermos como del propio personal sanitario. "Reconocimiento, pero no dinero", señala Cháfer.

Entre las labores que desempeña actualmente, la oración con los enfermos ocupa un lugar preeminente. "Les entrego un ejemplar del Nuevo Testamento y reflexionamos sobre temas como la esperanza, el sufrimiento o el dolor que viven". Sin embargo, asegura que de vez en cuando acuden a su despacho personas de otras confesiones: "A mí no me importa, al contrario. Ellos se sienten reconfortados con mi apoyo y a mí me gratifica".

Cada vez son más los que se acercan al despacho de Julio Cháfer y sólo un día de atención al público se queda corto. "Estuvimos pensando en ampliar el servicio también a los martes, pero de momento no ha podido ser. La verdad es que habría trabajo de lunes a domingo, por eso estamos mirando que, a medio plazo, un voluntario evangélico se haga cargo del asesoramiento religioso durante toda la semana". Cháfer insiste además que "hay buena predisposición por parte del SES para trabajar de forma conjunta con los asistentes sociales en busca de ese objetivo".