La evacuación de los atrapados en Nueva Orleans se aceleró por fin ayer, seis días después del apocalíptico impacto del huracán Katrina y la subsiguiente rotura de diques que anegó la ciudad. "La situación está mejorando a medida que pasan las horas", afirmó el secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, que calificó la catástrofe como "probablemente la peor de la historia del país". No obstante, Chertoff reconoció que "no hay palabras para describir la devastación" en la ciudad.

A mediodía de ayer unas 5.000 personas seguían aún padeciendo las dantescas condiciones del Superdome, donde 50.000 refugiados vivieron rodeados de violencia, basura y cadáveres durante casi una semana. Según explicó el general Mark Graham, comandante adjunto de las fuerzas de evacuación, también se comenzó ayer a trasladar a los 24.000 albergados en el Centro de Convenciones de Nueva Orleans, y se esperaba completar la tarea entre 24 y 36 horas. En total, ayer a mediodía se habían evacuado ya a 35.000 personas por medio de 55 aviones y 788 autobuses, explicó el general.

Graham dijo que era imposible estimar cuántos más habría que trasladar, dado que ahora comenzará la búsqueda de supervivientes calle por calle, y la recuperación de cadáveres. También habían sido trasladados 10.500 enfermos de diversos hospitales de Nueva Orleans, explicó Kevin Cowan, de la oficina de preparación de emergencias de Luisiana. Tres hospitales funcionaban en la ciudad sin necesidad de evacuaciones.

Una decena de líneas aéreas comerciales y los ferrocarriles Amtrak sumaron ayer fuerzas para cooperar en la evacuación de la ciudad inundada. Mientras los primeros trenes trasladaban a 600 víctimas del huracán hacia la ciudad tejana de Dallas, se anunció que tres buques de la línea de cruceros Carnival serán empleados como albergue temporal de las víctimas del huracán, cuyos daños mortales no se conocen aún mientras que sus estragos materiales ya se calculan en 79.802 millones de euros, según fuentes de la industria de seguros. "Es como si hubiéramos tenido que hacer el rescate de las víctimas del tsunami, pero con el agua todavía encima", comentó el secretario Chertoff, tratando de justificar la lentitud de la respuesta gubernamental.

FRANCOTIRADOR En los alrededores del Superdome se registraron disparos cuando los refugiados intentaban abordar los autobuses que habían ido en su busca. La policía recomendó a la gente que se tirara al suelo, sobre los charcos enfangados de detritus para evitar las balas de un francotirador.