Sometido a una fuerte presión popular para que impusiera un castigo ejemplar a los seis miembros de la oenegé francesa Arca de Zoé, el tribunal chadiano no titubeó ayer y los condenó a ocho años de trabajos forzados por la tentativa del secuestro de 103 niños del país centroafricano. Los jueces fueron algo más benévolos con un ciudadano chadiano y otro sudanés que sirvieron de intermediarios a los cooperantes: sus condenas fueron de cuatro años de prisión. Minutos después de conocerse la sentencia, el Ministerio de Asuntos Exteriores francés anunció que pedirá el traslado a Francia de los seis trabajadores de la oenegé que se sirvió del avión de una compañía española, Girjet, para tratar de llevarse el 25 de octubre a Europa a menores de entre uno y 10 años que presentó como huérfanos del conflicto de Darfur, en Sudán, pero que en realidad eran chadianos y tienen familias.

Con esta sentencia se mostró más severo que el propio ministerio fiscal, quien también ayer solicitó penas de entre seis y 11 años de trabajos forzados para los cooperantes franceses y la absolución de sus colaboradores africanos.