Ginés Marín confirmó ayer su categoría y con un toreo enclasado en grado sumo dio cuenta de que es ya una figura del toreo. Con personalidad, con una rotundidad palpable en su quehacer, desgranando un toreo de gran belleza, paseó tres orejas de dos toros de mucha nobleza pero justos de transmisión. Por su parte Talavante cuajó al segundo, el mejor toro de Jandilla, al que hizo una gran faena, malograda con la espada. Morante tuvo un lote imposible.

Trató Morante de la Puebla de enseñar a embestir al animal que abrió el festejo con esos lances tan personales rematados por arriba. Se quedaba corto el burel. Al relance, tomó el toro dos fuertes puyazos, al relance el primero en su querencia de chiqueros. Arreón tremendo a Carretero en el primer par, y es que se estaba ante un manso con genio.

Morante se dobló con él, tocándoles las orejas. Era lo propio, para querer seguir en redondo. Mirón el toro y con muy poco recorrido, tiraba gañafones. Abrevió el diestro, lo que no entendió una parte del público. Entró a matar sin confianza.

Más toro el cuarto, enseñaba las puntas y no dejó a Morante lucir con el capote. Era alto de agujas, se quedaba corto y no humillaba.

Pases de tanteo de Morante por arriba, lo que acentuó el defecto del toro, pues derrotaba violentamente. Así que el torero cortó por lo sano, desatándose la bronca.

A su primero Alejandro Talavante lo recibió con verónicas ajustadas, casi delantales, con la chicuelina, la media y una larga. Un puyazo medido, apretó el animal. Quite entre gaoneras y saltilleras. Talavante en sazón, un toro aparentemente bravo y un banderillero soberbio: Juan José Trujillo.

Brindis al público y albores de faena por estatuarios, la arrucina y dos largos pases de pecho. Cite frontal, le daba cuatro metros, y en redondo gran serie, muletazos largos y profundos. Al natural, la cintura de Talavante hacía muy largo el pase y la muñeca engrandecía esa tanda por el perfecto remate del muletazo. Vuelta a la diestra, temple y ligazón, preciosos los remates. Cite para el natural a pies juntos y muletazos plenos de inspiración. Ya más en corto, con el compás cerrado, quería distraerse el jandilla pero no lo dejaba el torero. Manoletinas finales. La espada privó al torero de las dos orejas de un toro que tuvo una bella muerte, resistiéndose a doblar.

El quinto no tenía profundidad en el capote de Talavante. Corneaba el peto, por lo que apuntaba genio.

Comienzo de faena, Talavante quería llevarlo por abajo y el animal derrotaba con violencia. Al natural, valor palpable, plantando cara a un animal áspero, muy deslucido porque tiraba un gañafón y se acordaba de lo que se dejaba tras si. Vergüenza torera de Alejandro, poco pudo hacer.

Ginés Marín quiso llevar a su primero más largo de lo que el celo del toro permitía. Vistosísimo quite por caleserinas, después Fini tuvo que saludar tras parear.

Inicio de faena de rodillas en redondo, muletazos suaves y a cámara lenta el pase de pecho. Siguió de pie con una segunda serie limpia, toques suaves, y una tercera en la que al animal le faltaba final y le sobraba sosería. Al natural, firme el joven torero. El pase de las flores para seguir con naturales de frente a pies juntos de mucho sabor. Bernardinas y estocada de muy buena ejecución. Dos orejas.

Devuelto el sexto, el sobrero llevaba el hierro de Jandilla. Toro de dulce embestida en las verónicas de Ginés Marín. Precioso el quite por chicuelinas, delicadas, llevaba al jandilla toreado con los vuelos. Muy a modo la lidia de Fini, andándole hacia atrás.

Brindis de Ginés a los niños del palco infantil y delicioso comienzo de faena, alternando el pase de la firma con la trincheras, el pase de las flores y el de pecho. Dos tandas soberbias con la diestra, toreo despacioso, temple y hondura. Al natural, serie muy lograda y desarme en la segunda, la faena vuelve a tomar vuelo al seguir con la zurda, muy bien colocado el torero. Preciosos mulezados finales de rodilla genuflexa, y largo el de pecho. Estocada casi entera recibiendo y otra oreja que redondeaban su tarde.