--Tras 25 años dirigiendo Al filo de lo imposible?, con 180 expediciones, 230 documentales, 1.500 colaboradores- ¿Con qué se queda?

--Con mi vida, y con la posibilidad de compartirla con gente con quien vale la pena compartirla. Soy un privilegiado.

--¿El secreto de este éxito?

--Trabajo en equipo, cierta tenacidad para pasar malos momentos y una pizca de suerte. Así nos hemos convertido en un clásico de la montaña, de la aventura y también de la televisión.

--Pero ha tenido que pagar un precio elevado.

--En mi vida hay luces y sombras. Perdí dos compañeros, uno en el K2 (1994) y otro en Guadalupe (2003). Pero puestos en la balanza, tengo infinitos momentos más agradables

--¿Cuál fue la mejor expedición?

--Al Polo Norte, con seis años de preparación. Yo estuve bajo la Estrella Polar, en el lugar donde confluyen todos los meridianos.

--¿Qué vale cada documental?

--El presupuesto oscila entre los 60.000 y 70.000 euros.

--Para sufragar estas cifras, ¿es necesario que haya una televisión pública española?

-- Es necesario que exista una televisión pública. ¡Sin más! Por lo que concierne a la española, a mi me hubiera gustado otro modelo, más parecido al de la BBC, con presupuestos de 7.000 millones de dólares y más de 20.000 empleados. En cambio, vamos hacia una televisión pública enana y disminuida, por no decir hacia su desmantelamiento.

--¿Cómo le afectará a usted?

--Hasta que no nombren el nuevo presidente de la Corporación de Radio y Televisión Pública no sabremos qué quiere hacer TVE con el programa. Lo que sí sabemos es que todos los mayores de 50 años van a la calle. Y esto me incluye a mí.

--¿Triste?

--He dedicado 40 años de mi vida a TVE. Ahora, por los pasillos de Prado del Rey veo a gente en su mejor etapa de madurez intelectual y artística caminado cabizbajo con una carta de despido.

--¿Veremos Al filo de lo imposible en una televisión privada?

--Probablemente. Yo seguiré trabajando, con o sin TVE. Al filo... seguirá.

--¿Y el nombre del programa?

--El nombre lo registré yo y se lo di a mi empresa. Supongo que si TVE decide no hacer Al filo... me devolverá lo que es mío.