--¿El primer debate político?--El primer ejemplo fue en Suecia, en los años 40 y por radio. Pero en televisión nacieron en EEUU, con Nixon y Kennedy, el 26 de septiembre de 1960. Era inevitable: tras inventarse la tele, el siguiente paso natural era utilizarla para la política.

--Y aquel primer debate televisado de la historia lo ganó Kennedy...--Sí, Nixon llegó tocado, acababa de salir del hospital por una enfermedad y aún estaba convaleciente. No estaba en forma. Además, no se preparó el debate; se consideraba un político con gran experiencia. En cambio, Kennedy, que era muy inteligente, se dio cuenta rápidamente de las posibilidades del nuevo medio para llegar al electorado. Kennedy estaba muy interesado en el mundo de Hollywood y había estudiado el estilo de actores de su época para aprender cómo remarcar el carisma y presentarse como una estrella. El tenía muy claro la importancia de la imagen y de la forma de los debates.

--Entonces, un buen actor siempre ganará a un buen político...--No exactamente, porque un buen actor no sabe nada de política. No hay que olvidar que, además, Kennedy era muy inteligente... Creo que es al revés, un político puede aprender una serie de normas y reglas de actuación ante las cámaras para poder hacer llegar mejor su mensaje, pero tiene que haber un mensaje. Por ejemplo, Ronald Reagan, un actor, no muy bueno, por cierto, sacó el máximo provecho de sus conocimientos interpretativos para potenciar su discurso.

--Entonces, ¿cuáles son las claves para poder ganar un debate?--Lo más importante es que el candidato se sienta a gusto, que disfrute. Porque, de lo contrario, el espectador se da cuenta de que algo no funciona. Debe transmitir confianza, porque lo que el elector quiere es que su presidente dé sensación de seguridad, que no se ponga nervioso en una situación tensa, como es un debate. También es importante la actitud hacia el contrario. Y tampoco va nada mal un poco de humor. En momentos de tensión siempre es bueno saber romperla con un toque de ingenio; un buen chiste también ayuda a ganar un debate.

--¿El moderador es decisivo?--Puede serlo. En EEUU tenemos el ejemplo del periodista Bernard Shaw. En 1988 le preguntó a Michael Dukakis, que abogaba por la reinserción de delincuentes, cómo reaccionaría si supiese que habían violado a su hija. Su fría respuesta diciendo que hay que cumplir las leyes no era lo que quería oír el elector, claro. Pero el resbalón de Dukakis en aquel debate fue relativamente importante, porque ya estaba claro que iba a perder las elecciones ante George Bush.

--¿Qué le parecieron los debates entre Zapatero y Rajoy?--Lo que más me sorprendió fue la rudeza, la agresividad de ambos candidatos, especialmente Rajoy, que utilizó mucho las palabras "mentira" y "mentiroso", lo que para mí es muy fuerte e inimaginable en Estados Unidos. También me llamó la atención el poco papel que quieren que tenga el moderador, cuando en EEUU sucede lo contrario.