--Para empezar, explíqueme un poco las novedades que acaba de incorporar a su espacio.--Hemos cambiado el plató por otro más acogedor y algo retro. La presentación la hago ahora en la calle, en el mercado, en el monte... El programa tiene más ritmo. He emprendido una línea de recetas que llamo la vanguardia casera. Son recetas que no veo en otros lados y que tienen un toque diferente. Se trata de alegrar un poco la cocina.

--Y hay una sección diaria...--Sí. Enseño a hacer cosas como trinchar un pollo, deshuesar un conejo, usar peladores, churreras, mandolinas... Y doy recetas un poco más especiales.

--¿Se puede decir que existe una cocina para la crisis?--Sí, pero la cocina siempre ha sido para la crisis. La única receta contra esta es la imaginación, y eso siempre ha existido en la cocina. Al guisar en casa, se suele intentar economizar. De todos modos, no creo en eso de que con un euro comemos cinco.

--Usted que sabe tanto de esto, ¿con qué hay que comerse esta crisis por la que pasamos?--Con patatas (ríe). Esta crisis hay que comérsela con patatas, aunque ya nos la hemos comido. Ahora hay que ver cómo la echamos fuera. Comida ya está, y los que nos la hemos tragado, nos la hemos tragado.

--¿Cómo se puede compartir la misma productora (Bainet TV) con Karlos Arguiñano (Tele 5) y competir con él desde otra cadena de televisión?--No hay rivalidad, porque esto es como un equipo ciclista donde Arguiñano es el jefe de filas. Karlos tiene una línea de cocina muy masticada y muy sencilla. Yo intento dar un pasito y meterme en una cocina un poco más contemporánea y actual. Somos complementarios.

--¿Qué opina de Ferran Adrià?--Que es fundamental en la historia de la cocina. Ya es una leyenda, igual que Juan Mari Arzak. Ha sido muy valiente y se ha atrevido a hacer muchas cosas. Además, ha contagiado a todo el mundo, porque una cosa es hacerlo y otra compartirlo. Es muy generoso con todos. Lo digo con total sinceridad porque le conozco personalmente.

--¿Es el mejor del mundo?--De los mejores. Como cocinero creativo es el mejor del mundo. En conjunto, el número uno es Arzak, porque reúne todo: creatividad, talento, sentido del pueblo y el punto. ¿Que qué es el punto? Pues depende de un grado, un gramo y un segundo. Ese punto lo tiene Arzak, pero Arguiñano también ha sido fundamental en la transformación de la forma de comer en casa.

--¿Ha comido en El Bulli?--Nunca. Me da un poco de vergüenza decirlo, porque hoy en día es como La Meca. Pero es que antes de hacer televisión me he pasado 20 años metido en una cocina, 11 de ellos con Arzak. Siempre he estado currando. Espero comer allí algún día.

--¿A qué se debe este auge televisivo de la cocina?--Creo que es que hay cosas vitales: comer, hacer el amor... Si un cocinero hace comidas y tú estás en casa y le ves cómo lo hace... Si además te cuenta cosas divertidas y pasas un rato agradable... La figura del cocinero cae simpática, igual que otras no.LA SEXTA / 8.30 HORAS