Este año José Luis Uribarri no ha consultado la bola de adivino con la que tanto nos hacía disfrutar. Ha retransmitido el Festival de Eurovisión (TVE-1) sin formular casi ni una de sus geniales predicciones. Y de las pocas que hizo, la mayoría resultaron equivocadas. ¡Ah!, mal asunto cuando José Luis Uribarri falla. Es señal inequívoca de que se trataba de un festival raro. Hombre, el mareo al que nos sometió el realizador del acontecimiento fue considerable. Movía las cámaras como si estuviera realizando Hidr²gen , que todo son panorámicas.

Consiguió, no obstante, hacer de cada toma un sello de correos, y nosotros en casa buscábamos la lupa, desesperadamente, para poder ver a los cantantes. En cuanto a lo de Beth, el hecho de que no haya ganado no es raro. Estaba guapísima y lo hizo muy bien, pero la canción sigue la estela de las que TVE ha ido presentando año tras año: engrudos musicales pensados para Eurovisión, y luego resulta que en Eurolandia no agradan. Tenía razón Angel Sánchez cuando preguntabapor qué la cantante Beth no ha cantado una canción en catalán. Tratándose de un festival de televisiones (no de estados) cabía perfectamente desde el centro territorial de Televisión Española Sant Cugat, que es donde debería haber estado Anne Igartiburu en lugar de leer los votos desde Torrespaña (Madrid). No se aflijan los vecinos de Súria porque Beth no haya ganado. La historia demuestra que somos un país que sabemos soportar los castigos de manera ejemplar. Quizá si la colla de trabucaires que salieron el sábado tarde en TVE-1 --cuando la gala Operación Eurovisión conectó con Súria-- hubiesen viajado a Riga, las odaliscas turcas se habrían acollonado. Pero también es bonito que haya ganado Turquía, un país a caballo de Occidente y del islam. Lo mejor de la noche fue cuando salieron a actuar los de la United Kingdom. En ese instante los vecinos de mi barrio de Gr cia salieron al balcón. Realizaron una edición extra de antibélica cacerolada.