--¿La adaptación está por encima o por debajo del libro?--Es difícil comparar. Es un libro que ha leído todo el mundo y cada uno tendrá su opinión. Bueno, todos menos yo: lo leí después de empaparme con el guión. Lo único que puedo decir es que los hermanos Scott han hecho un gran trabajo y que el resultado es magnífico. Hay veces, cuando estás rodando, que tienes la sensación de que el resultado final va a ser bueno. Yo la vi por televisión en EEUU y me gustó mucho, sobre todo los efectos especiales.

--¿Qué es lo más conseguido?--El tema podía ser en principio aburrido al tratar sobre la construcción de una catedral, pero representa una época de la historia de Inglaterra donde la corte estaba muy dividida. Lo que está muy logrado es el contraste entre mi personaje, Waleran, que representa la Iglesia como algo que hay que temer, y el del prior Philip (Matthew MacFadyen), que representa la fe y las personas. La fe es algo personal, mientras que Waleran es la Iglesia en la que aspira a ir ascendiendo en el escalafón. Es un poco como el Judas Iscariote del cine.

--¿Cuáles son los verdaderos pilares de la Tierra?--Es difícil responder, porque no soy una persona religiosa, al igual que le pasa a Ken Follet. Lo que quería expresar Ken en esta novela es que la fe personal es más importante que la Iglesia. De hecho, la Iglesia no sale muy bien parada. Lo mismo podemos decir de estos últimos 20 años, que tampoco sale bien parada. Sin embargo, la fe personal sí es algo que hay que respetar. La Iglesia ha sido muy reacia a aceptar su errores porque si los aceptaba era como perder su autoridad, como si de repente se le derrumbara el chiringuito. Esto es una crítica que se le puede hacer a la Iglesia católica, pero tambien al judaísmo o al islam. Lo que intentan con esta actitud es proteger la religión antes que a las personas. Y por ese motivo no avanzan. Las personas sí avanzan con los tiempos, pero la Iglesia no.

--Se le ve un tanto anticlerical...--Yo no soy antinada.

--¿Hay muchos Waleran en el Vaticano actual?--¡Cientos! Pero también hay curas buenos. El papa Juan XXIII, por ejemplo, era bueno. La mitad de las veces no había manera de encontrarle porque estaba por la calle tomando café con la gente del pueblo. Lo que es muy triste es que la Iglesia rechace las críticas. Es como los republicanos en EEUU, que si admiten cualquier tipo de error se les cae un poco todo el montaje.

--¿Es más difícil interpretar un personaje ya conocido por el público que uno desconocido?--No creo que sea mayor responsabilidad. Cuando te dan un papel intentas hacerlo lo mejor posible, y crear un personaje que refleje lo que se pretende con el guión. Lo que sí es constante en esta novela y en la serie es el temor a la Iglesia. De hecho, por eso no matan a Waleran, porque ese es su poder: el temor de la gente a la Iglesia. A Waleran no le interesan las personas y la fe, sino la Iglesia.

--¿Disfruta haciendo de villano?--Sí, me gusta. Pero ahora no les llaman villanos, sino personajes complicados y complejos que tienen distintas agendas e intereses. En el caso de Waleran, Follet le describe como si fuera un pájaro, un cuervo negro que habla con una voz baja y tranquila. Es como un personaje que aparece y desaparece. Al mismo tiempo tiene un aspecto razonable, incluso encantador, cuando en realidad no es una buena persona. En privado, para contrarrestar ese esfuerzo que tiene que hacer en público, se autoflagela.

--¿Qué le llevó a ser actor?--Mi padre jugó en el Manchester United. Yo, al no ser un futbolista suficientemente bueno, pensé que quizás dedicarse al teatro era una buena forma para conocer chicas y para beber.

--¿Cree que esta serie demuestra que la calidad de la televisión se acerca cada vez más a la del cine?--No creo que esta novela se hubiera podido hacer en formato de película de cine. En dos horas se hubiera cortado demasiado la historia. Este es el formato perfecto. En EEUU, la televisión tiene mucha calidad con canales de pago como HBO o Showtime. En Gran Bretaña siempre se ha hecho buena tele, y la BBC es un ejemplo de ello. En EEUU, en cine solo se hacen películas como

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