La actriz madrileña Carmen Maura, a punto de alcanzar la edad de la jubilación (cumplirá 65 años el 15 de septiembre), ha vuelto a trabajar en España. Afincada en París desde hace años, el productor José Luis Moreno se ha fijado en su faceta de chica Almodóvar para darle el papel de Rosa (Rose) en la versión española de Las chicas de oro , que TVE estrena el próximo lunes.

--¿Había hecho alguna vez un personaje parecido al de Rosa?

--Una mujer tan loca, nunca. Me estoy divirtiendo como una enana, que es lo que más me apetece en este momento. Rosa me da la oportunidad de ser un día una cosa y otro, otra. Yo creo que no está loca, pero todas me dicen que tengo que ir al psiquiatra... Lo mejor es que me dejan libertad para improvisar.

--¿Es usted tan tierna, soñadora e ingenua como ella?

--Muchas veces me siento identificada con Rosa, pero es que es tan variada... En ocasiones tiene muy mala leche. Luego hay otra cosa que es muy graciosa: parece que en teoría no, pero al final es la que más folla. Blanca presume con sus vestidos y Lola está todo el rato pensando en los hombres, pero a la hora de la verdad todos les fallan.

--¿No parecen ustedes más jóvenes que las protagonistas de la versión original?

--Bueno, lo que pasa es que nos conservamos bien.

--¿Se llevan bien entre ustedes siendo todas grandes estrellas?

--Sí. Lo que más gracia me hace es lo distintas que somos. Las cuatro somos completamente diferentes y eso es un filón. Todas estamos por la labor de que esto salga bien.

--¿Por qué llevaba tanto tiempo sin hacer nada en España?

--Es verdad, las seis últimas películas las he hecho fuera. Me he pasado los últimos inviernos en París. Te das cuenta cuando vienes a España y el taxista te dice: "¡Qué pena que ya no trabaje aquí!". No sé, ha salido así. Ahora me apetecía hacer esto, porque la tele me gusta y nunca la he despreciado.

--Pues la nota de TVE dice que son ustedes "cuatro grandes actrices de cine". ¿No deja eso entrever que se sigue considerando el cine superior a la tele?

--Nunca lo he pensado así. Yo flipé con la tele desde que fui presentadora en los programas de Fernando García Tola de los años 80, que es el trabajo más difícil que he hecho en mi vida. Es increíble la fuerza y la importancia que tiene la tele.

--¿Echa de menos programas como aquellos de Tola?

--Creo que ese programa no tendría hoy el éxito que tuvimos, porque entonces había solo dos cadenas y nos veían 12 millones de personas. En los inicios de la democracia se hacían espacios más osados. Hoy en día, como hay tanta batalla con los programas de insultos y de escrutar la vida de la gente, es más dificil.

--¿Qué espacio de los de ahora le gustaría presentar?

--Ninguno. Me daría miedo hacer de presentadora. Es una cosa durísima y arriesgadísima.

--Carlos Saura va a hacer para Tele 5 una serie sobre la Duquesa Roja. Parece que los grandes santones del cine no le hacen ascos ya a la tele, ¿no?

--Es que el personal lo que quiere, más que nada, es trabajar.

--Fíjese si será importante la televisión, que está obligada por ley a destinar parte de sus ingresos a producir películas de cine. ¿Está conforme con que esto siga siendo así o sería partidaria de eliminar esa norma?

--Yo creo que lo mejor es que nos lleváramos bien. Me parece que las cadenas de televisión ayudan bastante al cine.

--¿Está de acuerdo con que la tele digital nos ha traído mucha cantidad pero poca calidad?

--Yo es que como en mi casa la TDT no acaba de funcionar... Me manejo solo con el Canal+.

--¿Le importa mucho la acogida que tengan Las chicas de oro?

--Muchísimo. Lo de las críticas está muy bien, pero lo que a mí me importa de verdad es que al día siguiente, cuando salga a la calle, me voy a enterar de lo que ha pasado. La gente no se corta un pelo conmigo y en mi barrio me lo van a decir.

--¿Se fía más de la gente de su barrio que de los audímetros?

--Nunca me he fiado de esos sistemas, porque ninguno conocemos a nadie que tenga el aparatito. Es verdad que luego los directivos y los anunciantes lo llevan a rajatabla. Pero yo nunca lo he entendido. Me sobrepasa.

--Lo que sí les puede beneficiar es que en TVE ya no haya anuncios que espanten al personal...

--Parece que eso es así. Aquí me han dicho que ayuda y que tenemos dos puntos más de audiencia solo por esa circunstancia.

--Repasando su carrera se ve que ha hecho de todo. ¿Le queda algo que le gustaría realizar?

--La verdad es que sí he hecho de todo, porque he hecho marranadas también. Cuando empecé, hice café-teatro, fotonovela... Pero la respuesta es no. Nunca he deseado hacer algo que no me hubieran ofrecido. Soy positiva.

--¿Qué sintió cuando se enteró de que iba a desaparecer la publicidad de TVE?

--Un orgullo enorme, porque además chuleo de eso en Francia. Allí aún no la han eliminado de la cadena pública principal.

--Parece que se le ha fortalecido la vena patriótica...

--En Francia soy más española de lo normal, porque me las han hecho pasar moradas.

--Ahora que ha vuelto a España habrá notado que sigue siendo un rostro popular. ¿Cómo lleva esa penitencia callejera que tienen que cumplir los famosos?

--Bien. Hay una cosa de la tele que resulta dura. Ir, por ejemplo, a El Corte Inglés a comprar se convierte en algo más difícil. Pero yo me organizo. Nunca he tenido problemas.