La guerra por los derechos del fútbol entre Mediapro y Sogecable, hasta ahora vinculadas por contrato en la empresa Audiovisual Sport (AVS), tendrá que resolverse en los tribunales de justicia.

Acusaciones cruzadas de incumplimiento contractual, dinero adeudado e intereses privados en ocultas negociaciones con los clubs marcan la relación entre las dos sociedades que explotan el fútbol televisado.

Ayer Mediapro, la empresa que preside Jaume Roures, desveló que el pacto de compra del 25% del capital de Audiovisual Sport, realizado en el 2006, quedó "frustrado" porque Sogecable "carecía de autorización administrativa".

Mediapro justifica así su actual posición de querer gestionar en solitario y "en exclusiva" la retransmisión de los partidos de Liga, a partir de la temporada 2009/2010, tras haber alcanzado un acuerdo con 39 de los 42 clubs de las Ligas de Primera y Segunda División --17 de los 20 de Primera, excepto Atlético, Getafe y Betis--. La productora tiene cerrados con 12 de esos clubs los derechos a partir de la temporada 2008/2009.

Según Mediapro, el acuerdo del 24 de julio del 2006, con Televisió de Catalunya (TVC) y Sogecable --accionistas de AVS-- , por el que la productora de Roures le compraba a TVC su participación en AVS, no tiene validez. Por otra parte, Mediapro sostiene que "invitó a Sogecable y AVS a entablar negociaciones para modificar el contrato", aunque continuó "haciendo todo lo que le era exigible" para la explotación de los derechos audiovisuales contemplada en el contrato.

Sogecable reiteró ayer que "ejercitará cuantas acciones sean necesarias para la defensa de sus intereses, a fin de exigir a Mediapro el estricto cumplimiento de sus obligaciones".