Paolo Vasile (Roma, 1953) dice que el secreto del éxito está en trabajar muchísimo y sentir pasión por lo que se hace. Eso sí, Vasile va cada fin de semana a Roma para estar con su mujer y sus hijos.

--Tengo entendido que es duro, pero con sentido del humor.

--Soy la persona más tierna que conozco. ¿Duro? Bueno, yo empecé un experimento a los 19 años, que fue comprobar si uno puede sobrevivir diciendo lo que piensa. Y eso se confunde con la dureza. Es decir, mi objetivo no es quedar bien. Ojo, tampoco quedar mal.

--No se puede ser blando en un mundo de tiburones.

--Entonces, quedamos en que yo soy un tipo duro, posiblemente un hijo de puta, y vivo en un mundo de tiburones. ¡Yo no soy un tiburón! Soy una lubina.

--También le voy a llamar mago de la televisión. Tele 5 es líder de audiencia y la empresa televisiva más rentable de Europa.

--Rechazo la idea de que pueda haber magos. Simplemente, hay gente que trabaja mucho. El mundo de la televisión es para gente que tiene una enorme disponibilidad de tiempo. También se necesita mucho equilibrio y un carácter muy sólido, porque hay mucha presión. Hay que saber aguantar el éxito, que es más difícil que aguantar el fracaso. Cuando un programa no funciona, la clave del éxito no es preguntar al público, sino decir: "¿En qué hemos fallado?". Hay que ser humilde.

--Y también hay que renunciar a la vida personal, ¿no?

--No, simplemente la vida personal entra en la profesional, y viceversa. He atendido una llamada de mis hijos mientras estamos manteniendo esta entrevista y no pasa nada. Usted no ha pensado mal de mí. Las únicas dos cosas que tengo son mi familia y la televisión, son mis aficiones. No juego a golf ni a tenis. No lo necesito. Mi pasión es lo que tengo. Me dan pena los que salen de trabajar a las tres de la tarde. ¿Qué hace uno a esas horas con 40 grados?

--A mí se me pasan por la cabeza muchas cosas. ¿Cree en la existencia de la telebasura?

--No. Tampoco creo en la tele buena o en la tele mala. Yo creo en la tele que la gente ve y en la que no ve. Es extremadamente ofensivo hacia el público usar el nombre de telebasura, porque eso significa decirle al público que le gusta comer basura.

--Pero la realidad es que a la gente le preocupa más la relación entre Isabel Pantoja y Julián Muñoz que el cambio climático.

--No creo que exista el cambio climático. Que conste que lo digo como una provocación.

--Lo que no me negará es el poder absoluto que tiene la tele. Cualquier tipo se convierte en un triunfador por el simple hecho de salir en ella.

--La tele genera notoriedad, y eso se confunde con el poder.

--Pero la tele es poderosa. Cuando alguien dice "lo he visto en la tele" tiene más credibilidad que si dice "lo he leído en un diario".

--No hay nada más aparentemente verdadero que una imagen. Mire, hace tres o cuatro años buscábamos un eslogan para Informativos Tele 5 y yo intenté poner el mío: La verdad no existe. Algún día lo haré.

--Pues si tan convencido está, hágalo ya mismo.

--La reacción de horror que ha tenido usted es la que tuvo mi equipo. Y como no soy un hombre duro, escogimos Buscamos la verdad.

--Uno de sus espacios más rentables es Aquí hay tomate. Lo califica de brillante y divertido.

--Es un programa brillantísimo que responde a lo que yo pienso: que no existe nada. Que todo es un gran juego y que no hay que tomar en serio nada de lo que pasa.

--El convenio de autorregulación para proteger a los niños de determinados contenidos se firmó en el 2003. ¿Hay papel más mojado?

--Ese acuerdo fue un triunfo de la hipocresía. Ya lo contaré un día en un libro de memorias.

--¿No podían ustedes ahorrarnos un poco de publicidad?

--Nosotros somos muy generosos, y el placer hay que alargarlo, no acortarlo. Ahora en serio, es imposible incumplir la ley de la publicidad. Lo cierto es que las películas en la tele no gustan. Con publicidad o sin ella.

--¿Qué haría usted con TVE?

--No tengo intención de meterme con la televisión pública: está en un momento difícil y todos deberíamos echar una mano. Nunca he visto una gestión tan demoledora como la del anterior equipo. Le han quitado por completo la autoestima.