En solo dos emisiones, el docu-reality de Cuatro Perdidos en la tribu se ha convertido en un éxito: 2.421.000 espectadores (13,2% de cuota). Pero junto con esta aceptación también han llegado críticas por el trato vejatorio que reciben los indígenas que aparecen en la producción, según la Fundación CEAR. Esta oenegé denuncia el daño ocasionado al proyecto de cooperación que desarrolla en Namibia con la población indígena san (bosquimanos), protagonistas de Perdidos en la tribu , y lamenta que "se ponga en ridículo una de las culturas más antiguas del planeta".

Perdidos en la tribu muestra las peripecias de tres familias españolas urbanitas que conviven durante tres semanas con tres tribus primitivas, y deben adaptarse a sus formas de vida. La oenegé cree que se ha hecho un "espectáculo" de sus vidas. Según la responsable de sensibilización de la Fundación CEAR, Arancha Freire, se trasladó a 12 familias a 700 kilómetros de sus casas para la serie, en la que aparecen con ropa que no es la habitual, "abandonando sus cultivos en la época más importante del año y sacando a los niños del colegio". "Han estado un mes y han vuelto, pero el proyecto se ha tenido que paralizar porque las consecuencias después del programa han sido que el alcohol ha entrado en la comunidad, donde no existía y estaba prohibido, y su consumo ha generado problemas sociales de conflicto y violencia de género", afirma Freire.

En Cuatro no tienen constancia de ninguna denuncia, ni de las informaciones de la oenegé. La cadena recuerda que para la realización del programa cuenta con los permisos de los gobiernos y autoridades locales.