Entrevistar a un personaje por teléfono es ya habitual. No lo es tanto hacerlo con alguien que va conduciendo, hablando por un manos libres y cuyo destino es una jornada de escalada en los Picos de Europa. Pero es que la persona en cuestión es Jesús Calleja, protagonista de Desafío extremo , programa de aventuras que Cuatro ha trasladado al prime time (21.40) del viernes.

La cadena privada emite hoy su participación en el Rally de los Faraones, una carrera de más de 3.000 kilómetros de recorrido que se disputa en Egipto, similar al famoso Dakar y perteneciente al Mundial de Rallys. "Lo hice en unas condiciones muy duras: seis meses antes tuve un accidente terrible mientras me entrenaba en Marruecos", admite Calleja.

ROTO EN MIL PEDAZOS

El aventurero se rompió el hombro en mil pedazos y se fracturó la muñeca. Tras pasar hasta cinco veces por el quirófano, acudió al Faraones con un corsé especial y hierros en varios puntos del cuerpo. "Los médicos me decían que necesitaría año y medio para recuperarme y que no podría competir en Egipto, pero lo hice". Oyéndole hablar, recuerda a Jorge Lorenzo corriendo con los pies rotos en MotoGP. "No estoy loco. Pero no puedo coger miedo ni bajar el listón".

Nacido en León, en 1965, Calleja es un hombre que no para quieto nunca, en el sentido más literal de ese último término: "Es que si no me pillas así, es difícil que pueda atenderos". Y lo dice con toda naturalidad, sin asomo de pedantería. "Es que estoy fuera de España nueve meses al año y, de los tres restantes, dos estoy en alguna montaña, entrenándome... Mira, el 2 de septiembre vuelvo a Nepal, al Himalaya, a escalar el Makalu". El Makalu es la quinta montaña más alta del mundo, con 8.463 metros, y está a 22 kilómetros del Everest. Pero es que él ha sido guía en el Himalaya durante 13 de sus 43 años y ha estado 33 veces en Nepal. Alpinista de élite, Calleja practica todo tipo de deportes, ha recorrido todo el mundo y se ha pateado, sobre todo, Africa, Asia y Oceanía.

Lo suyo fue transformar en profesión lo que para el resto es ocio o riesgo: "Desde jovencito siempre me atrajo la montaña y viajar a lugares exóticos. Yo puse esa pasión por encima de todo, de la familia, de la estabilidad sentimental... Hice de mi pasión una filosofía de vida, en la que cada exploración es un reto", confiesa Calleja. Curiosamente, cuando se le pregunta por exploradores a los que admira, el aventurero leonés no cita a pioneros televisivos, sino a personajes de hálito literario: "Mi referente es el viajero y explorador francés Michel Peissel, el autor del magnífico libro Mustang, reino perdido del Himalaya. O Livingston, por ejemplo. Personajes avanzados a su tiempo que exploraron y descubrieron lugares, tribus y culturas aisladas".