El campo extremeño vive un buen año, lo cual supone un alivio para la economía rural en este entorno de crisis, con un sector ganadero muy azotado. Aunque el tono global es favorable, no se alcanzará la calificación de excelente que se esperaba en algunos sectores, como el de la fruta. Este es el diagnóstico que hacen UPA y distintos profesionales consultados. Tanto las campañas que ya están cerradas como las que están en marcha, y las que están por comenzar, están salvando el 2008 sin grandes sobresaltos, con buenas producciones y precios que acompañan. La nota negativa la han puesto las lluvias y el granizo de mayo y junio, que acabaron con las primeras variedades de cereza y ciruela, y que han provocado el retraso en el inicio de la campaña del tomate. En el plano negativo, la subida de los costes de producción ha elevado en un 52% la inversión de los agricultores en sus fincas en solo un año. Tampoco hay que olvidar la huelga del transporte, que retrasó la salida de los cultivos a los mercados nacional e internacional.