La tragedia de Chinchilla provocó ayer inmediatas reacciones de los distintos partidos políticos y administraciones. Mientras unos criticaron el suceso, otros pidieron tiempo para analizar las causas de la catástrofe. El vicepresidente de la Comunidad de Murcia, Antonio Gómez Fayrén (PP), que calificó el accidente de "dantesco", afirmó: "Estoy profundamente indignado, tengo que decirlo, porque esto que ha pasado es algo propio del siglo XIX. Si cada uno hiciera bien su trabajo, estas tragedias no sucederían".

RESPONSABILIDADES

El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono (PSOE), declaró que "no es hora de responsabilidades y menos de responsabilidades políticas. Estas últimas corresponderán al Parlamento, y las primeras, al juez". Su rival en las urnas, Adolfo Suárez Illana (PP), coincidió con lo expresado por Bono. "En estos momentos, lo importante es ayudar y después habrá que pedir las oportunas responsabilidades".

Por su parte, el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra (PSOE), calificó de "disparate" que dos trenes choquen de frente en un país como España, y señaló que "si ocurre eso no es por un fallo humano", sino porque "falta dinero". "¿Cómo es posible --se preguntó-- que los trenes, con la tecnología que hay, no tengan ningún sistema de radares o GPS con los que se puedan corregir fallos humanos?".

Desde los sindicatos, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, dijo: "Cuando pasen unos días habrá que poner encima de la mesa un debate sobre por qué en seis meses se han producido 13 accidentes ferroviarios".

FALTA DE RECURSOS

Con menos de 2,5 trabajadores por cada kilómetro de línea de tren, España está muy lejos de países de dimensiones y características parecidas, como Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña. Pero, según los datos del Banco Mundial, también queda por debajo de cualquier otro país en cualquier continente, como Tanzania (6,8 empleados por kilómetro), Rusia (que tiene a 10,1), Tailandia (6,8) o Brasil (3,5).