En España se vienen realizando liberalizaciones de sectores tales como telefonía, hidrocarburos, etcétera, donde tres o cuatro empresas actúan en una posición dominante y no se ha mejorado ni el servicio, ni ha bajado el precio.

Como todos sabemos, en el último año y medio se han producido cambios radicales en el sector eléctrico: desaparición de tarifa nocturna, facturación mensual, subida del 25% -, lo que ha originado miles de reclamaciones. El 1 de julio culmina el proceso de liberalización del sector eléctrico, o lo que es lo mismo, que los consumidores puedan elegir comercializador. El proceso se ha realizado demasiado rápido, si miramos el resto de países de la UE, y para nuestra desgracia, hasta ahora, con falta de información para los principales actores, que somos los consumidores domésticos. En la mayoría de los casos nos preguntamos ¿con quién tenemos que contratar?, ¿es con nuestro actual distribuidor?, ¿tendremos rebaja en los precios? Desconocemos que nace un nuevo actor, el comercializador.

Ante este panorama, lo que debe de imperar en los ciudadanos es la tranquilidad pues las empresas tienen poco margen para ofrecer descuentos interesantes, que al fin y al cabo es el gran atractivo que podría hacer que el consumidor se moviera en el mercado libre. Por eso no se prevén traspasos masivos de clientes.

Actualmente, el mercado eléctrico liberalizado presenta tal grado de concentración que puede impedir la libre competencia y, realmente, los beneficios para el consumidor doméstico dependerán del este nivel de competencia.

* Presidente de la Unión de Consumidores de Extremadura