En Don Benito y Villanueva de la Serena los botellones se han caracterizado por su celebración sin la presencia de vecinos en las proximidades. En la localidad villanovense, las primeras concentraciones se realizaban en la carretera de salida hacia La Haba, justo frente al polígono Cagancha. Se trasladó a la ciudad deportiva una vez que se inició la construcción en ese enclave de la residencia de ancianos Felipe Trigo que se inauguró en el 2000.

En Don Benito, antes del fenómeno del botellón, había pequeñas concentraciones junto al estadio municipal. Los primeros botellones se celebraban en el recinto ferial desde donde se trasladó al interior del polígono industrial Las Cumbres. Los actos vandálicos que se producían en las empresas de este enclave cada fin de semana obligó a la Policía Local a cortar la avenida de Europa y permitir allí su celebración entre esta vía y el polígono. Además, un amplio dispositivo policial controla la zona.