El Cuarto Informe de Convergencia dedica un apartado al nivel de instrucción alcanzado en cada territorio. Para ello examina la formación de las personas con más de 25 años, poniendo en esa edad la referencia del momento en que se ha completado la formación que se pretendía adquirir para el desempeño de la vida laboral.

Para Extremadura este indicador tiene una cara y una cruz. La cara es que en cinco años ha crecido más de tres puntos el porcentaje de personas de más de 25 años que tiene un nivel de formación alto, de manera que una de cada cinco personas está en este nivel. En el mismo periodo, la población europea de nivel de instrucción alto ha subido dos puntos, con lo que la región extremeña recorta las diferencias hasta los 2,3 puntos.

La cruz es que el porcentaje de personas con nivel de formación medio es en Extremadura del 14,1%, frente al 48,6% de media europea. Eso supone que en la escala más baja, la de personas que tienen un nivel de instrucción escaso, la brecha sea también enorme. En la media europea, tres de cada diez personas están en este nivel, mientras que en Extremadura son 6,5 de cada diez.

El nivel formativo condiciona el acceso al mercado laboral, de manera que el nivel más bajo aboca a empleos poco cualificados.