Por segundo año consecutivo, la Junta de Extremadura ha establecido este curso un convenio con el Ministerio de Educación para colaborar con las familias en la financiación de los libros de texto y el material escolar destinados a los alumnos matriculados en niveles obligatorios de enseñanza. El convenio tiene una dotación de nueve millones de euros (4,5 millones por parte de cada una de las dos administraciones). La finalidad es dotar progresivamente a los centros de libros de texto y de material escolar, propiciar el ajuste entre los materiales del centro y las necesidades del alumnado, promover la propiedad social e impulsar hábitos de cuidado y respeto al material escolar.

El Ejecutivo extremeño financia con 120 euros en Primaria y 150 en ESO la compra de libros de texto para los alumnos que no superan un determinado umbral de renta (8.029 euros con un hijo, 13.079 euros con dos hijos), para los pertenecientes a familias numerosas, y los que ya disfrutaron de las ayudas el curso pasado.

En la práctica el número de alumnos que recibe estas ayudas es muy superior al que marcan los requisitos de esta convocatoria, hasta gastar los 9 millones de euros que destinan ambas administraciones. La Federación Regional de APAS de Extremadura (Freapa) estima que un 70% de los escolares extremeños tendrán este curso los libros gratuitos.

Las ayudas son gestionadas por los consejos escolares y se destinan a la adquisición de libros de texto y material escolar, el cual es entregado al alumnado en concepto de préstamo, debiendo ser devuelto al centro al finalizar el curso, a fin de ser reutilizado por otros alumnos el curso próximo. La devolución obligatoria de los libros está posibilitando que los centros estén creando poco a poco un fondo de libros de texto de préstamo. Se calcula que dentro de dos años la práctica totalidad del alumnado podrá acceder a estos libros.

En España, aunque se tiende a la gratuidad por el sistema de préstamo en las autonomías, hay importantes diferencias. En líneas generales se puede hablar de cinco velocidades, según un informe elaborado por la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa).

En un primer grupo, los únicos alumnos que acceden de forma gratuita son los de Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla-La Mancha y La Rioja. En estos casos, los estudiantes de enseñanzas obligatorias reciben los libros del centro, y al finalizar el curso deben devolverlos en buen estado. Si esto no es así, es la familia quien repone el material, en todos los casos excepto en Canarias, donde la consejería concede a los centros pequeñas ayudas para su reposición. Según la Federación de APAS de Aragón, este sistema es el que mejor plasma los valores de austeridad, respeto al medio ambiente y al material de estudio, que consideran deben formar parte de la educación global.

Castilla La-Mancha, pionera

La comunidad pionera en implantar la gratuidad de los libros fue Castilla La-Mancha. Aquí las familias reciben del centro un vale que canjean en las librerias. Posteriormente estas reciben el dinero de los colegios, donde debe permanecer el material cuatro años. En La Rioja el procedimiento es similar. Las familias compran los libros y posteriormente la consejería les abona el dinero a través de los centros. Al finalizar el curso el material se queda en el centro. En 1º y 2º de Primaria, se conceden ayudas.

En proceso hacia la gratuidad están otras cinco comunidades que poco a poco van creando un fondo de libros para ser reutilizados. Es el grupo al que pertenece Extremadura, Cataluña, Euskadi, Navarra y Baleares. En esta última comunidad, existen dos formas de implantar el sistema: en Primaria la consejería da ayudas de 70 euros para compra de libros, y en Secundaria, los padres compran el material, que dejan en el centro al finalizar el curso. El importe de estos forma parte de un depósito que es devuelto a los padres cuando el alumno finaliza la ESO. En el caso de Cataluña son los centros, el 60%, los que reciben el dinero más una reducida cuota que pagan las familias, para su mantenimiento. En Euskadi pagan un canon de 25 euros, de momento solo en Primaria.

Cantabria, Castilla y León y Asturias constituyen un tercer grupo en el que no se prestan ni reutilizan los libros, aunque hay ayudas para la compra, de entre 104 y 150 euros que alcanzan al 90% de los escolares y al 100% en Cantabria. Los asturianos y castellanoleones reciben financiación directa en lugar de un cheque libro.

Otras tres ciudades mantienen ayudas insuficientes y no a todos los cursos de enseñanzas obligatorias. Son Murcia, Comunidad Valenciana y Madrid y la cuantía ronda entre los 65 y los 150 euros, que llegan solo al 30% de los alumnos madrileños y al 70% de murcianos y valencianos. Por último, un caso excepcional es el de Galicia, que ha pasado del préstamo gratuito, ya concluido en Primaria, a la supresión gradual de este programa en 1º, 2º, 5º y 6º este año y el resto el próximo curso. La justificación, la "coyuntura económica actual".