Tras el fiasco del 2000 en Florida, varias organizaciones internacionales y no gubernamentales se han movilizado. Por vez primera, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) envió cerca de 100 expertos a supervisar una elección presidencial en EEUU. Rita Süssmuth, responsable de la misión, puntualizó que la intención de los observadores "no es criticar", aunque tienen previsto emitir un informe. Los supervisores se centrarán en las máquinas de votación electrónica que generaron problemas en el 2000. La derecha republicana expresó su rechazo a la presencia de una organización que vigila elecciones en países sin tradición democrática.