Ayer aprendimos tres cosas de Pedro Sánchez: que es mucho más guapo de lo que parece en televisión, que calza al menos un 46 (según Oti, la zapatera del barrio San José de Almendralejo) y que le gustan las migas. En su visita a Extremadura para arropar a Vara, el líder del PSOE levantó pasiones. Literalmente. No hubo mujer que se cruzara con él en Almendralejo, Mérida o Cáceres que no le pidiera una foto, un par de besos bien dados o las dos cosas. "¡Ay, qué sorpresa! ¡Pedro Sánchez! ¡Tengo que hacerme una foto con él!", exclamó una vecina de Mérida por la avenida Juan Carlos I cuando se topó con la caravana socialista. En Almendralejo, a algunas se les puso incluso "la piel de gallina".

La capital de Tierra de Barros fue la primera parada de Sánchez. A las diez y media ya lo esperaban Vara y su séquito junto a numerosos vecinos. El plan era dar un paseo por San José, un barrio humilde y "muy castigado por el desempleo", según la candidata a la alcaldía, Piedad Alvarez. Pero Pedro no llega, se ha entretenido haciendo una entrevista en Sevilla. En los corrillos ya se rumoreaba que iba a tardar más de una hora y para amenizar la espera, los asesores de Vara tiran de mitin improvisado. Allí, en el parque del ambulatorio de San José, encima de un banco, sin micrófono y sin atril.

Minutos después, Sánchez hizo su aparición por la esquina contraria a la que lo esperaba la multitud. Fotos y más fotos. Cuando consiguió abrirse paso, inició un paseo y se detuvo en la zapatería de Oti, que lo esperaba con la tablet para inmortalizar el momento. "A ver qué zapatillas tenéis...", le dice el socialista tras los correspondientes saludos. "Aquí tenemos de todo menos clientes", le responde ella muy decidida.

Ya en Mérida, Sánchez visitó la barriada de La Antigua junto a Vara y el candidato local, Antonio Rodríguez Osuna. Preguntan al presidente de la asociación de vecinos cómo está el barrio y entran en prácticamente todos los negocios que se encuentran: una tienda de bicicletas, una peluquería canina, una pastelería, una aseguradora o una mercería a la que Sánchez se acerca pensando que es una tienda de ultramarinos. A cada paso se multiplican los acompañantes. De fondo suenan las musiquillas del PP e IU, formación que tenía instalada una mesa informativa en la calle que los socialistas recorrían. Tras el preceptivo saludo de cortesía, el candidato a la Alcaldía, Alvaro Vázquez, entregó sus chapas a Sánchez, Vara y Osuna.

Los bares de la rotonda del Padre Panero fueron la última parada antes de poner rumbo a Cáceres. En uno de ellos Sánchez pidió una botella de agua. Cuando iba saliendo se dio cuenta de que no la había pagado. Rápidamente, Osuna pone una moneda encima de la barra que el camarero no quiere coger. El candidato le insiste y al final obedece. En Cáceres, Vara y Sánchez asistieron con el candidato, Luis Salaya, a una degustación de migas y cava extremeño en la Plaza Mayor.