En 1983 se celebraba en Sintra la primera cumbre hispanolusa, protagonizada por Mario Soares y Felipe González. Desde entonces ha pasado mucho tiempo y otras 19 reuniones, aunque sin duda las tres últimas han sido las más importantes para la comunidad extremeña. La historia de estas recientes reuniones arranca por la pifia de Valencia en el año 2002, continúa con los históricos acuerdos de Figueira da Foz en el 2003 y escribe su penúltimo capítulo, éste casi de transición, en Santiago de Compostela. Ahora Evora toma el relevo.

Valencia, 2002

Las previsiones apuntaban a una jornada histórica para España y Portugal, que en ese encuentro debían fijar el trazado del corredor ferroviario que uniría Madrid con Oporto y Lisboa. El problema es que cada Gobierno llegaba con su propuesta firme e innegociable bajo el brazo. Portugal optaba por un trazado en forma de T invertida que cruzaba la provincia de Cáceres, mientras España insistía en la conexión por Badajoz. Ya en la primera jornada se confirmó que las diferencias eran excesivas y que no habría acuerdo, así que los Gobiernos de José María Aznar y Durao Barroso optaron un acuerdo que en la práctica aplazaba el proyecto. En concreto se trataba de "conceder la mayor prioridad al desarrollo de los estudios relativos a los corredores de alta velocidad Lisboa/Oporto-Madrid y Oporto-Vigo".

Tampoco hubo acuerdos importantes entre ambos países en otros ámbitos y se aplazó, igualmente, el diseño e implantación del Mercado Ibérico de Electricidad (Mibel).

Lo más destacado, la firma de un tratado de cooperación transfronteriza que fijaba el marco jurídico para que las entidades territoriales de las dos naciones pudiesen llevar a cabo proyectos conjuntos en el ámbito del proyecto europeo Interreg.

Figueira da Foz, 2003

La cumbre de Figueira marcó un antes y un después en las relaciones hispanolusas. Y es que en esta ocasión los Gobiernos de José María Aznar y Durao Barroso sí que lograron acuerdos de gran calado.

En primer lugar ratificaron el diseño y las fechas de las conexiones ferroviarias entre ambas países, con la confirmación de que el AVE Madrid-Lisboa pasaría por Badajoz, Mérida, Cáceres, Plasencia y Navalmoral en el 2010. De forma paralela se aprobaron las líneas Oporto-Vigo (2009), Salamanca-Aveiro (2015) y Huelva-Faro (2018), así como la conexión Badajoz-Sines de mercancías.

Pero la cumbre de Figueira, que contó con doce ministros portugueses y diez españoles, fue el escenario de otros acuerdos históricos. Así, se diseñó la entrada en vigor del Mibel --se impulsó la posibilidad de unir el mercado gasístico-- y se firmó un pacto de cooperación en materia de lucha contra incendios.

Santiago, 2004

Hace poco más de un año la cumbre de Santiago suponía un importante giro conceptual en el diseño de estas reuniones, puesto que, por primera vez, participaban en el encuentro los presidentes de las comunidades autónomas fronterizas (Galicia, Castilla y León, Extremadura y Andalucía).

A partir de ahí poco contenido. Entre otras cosas porque los nuevos Ejecutivos de ambos países, dirigidos por Santana Lopes y José Luis Rodríguez Zapatero, se habían marcado como objetivo prioritario la ratificación de los acuerdos de Figueira, tanto en lo referido al AVE como sobre la creación del Mibel, para asumir esos pactos como propios. El resto, un compendio de declaraciones de buenas intenciones.