Después de 10 años, el PSOE ha vuelto a probar el sabor de la victoria al superar al PP en unos 206.000 votos en las urnas municipales. No obstante, dada la escasa contundencia de los resultados, las expectativas socialistas no quedaron colmadas. Aunque, a juicio del equipo de José Luis Rodríguez Zapatero, el recuento tuvo el valor añadido de doblarle el brazo a José María Aznar, que había planeado el 25-M como un plebiscito hacia su persona y su gestión en el Gobierno.

Pero la derrota de la izquierda en el Ayuntamiento de Madrid amargó la noche electoral a la cúpula del PSOE, que había llegado a ilusionarse con la posibilidad de que la capital de España cayera en sus manos. Esta decepción fue compensada, a ojos de los socialistas, por el mantenimiento en principio del mapa autonómico socialista (con la incógnita, al cierre de esta edición, de Baleares, que el PP podría recuperar), al que se suma la consecución del gobierno regional madrileño.

Después de ocho años, volverá a haber mayoría de izquierda en la Comunidad de Madrid y, en consecuencia, en los órganos de control de Caja Madrid y de la televisión autonómica. El virtual presidente, Rafael Simancas, líder del PSOE madrileño, deberá negociar de inmediato el alcance del acuerdo que sellará con la fortalecida IU.

"PRIMER OBJETIVO"

José Blanco, responsable del comité electoral socialista, se felicitó de que su partido hubiese alcanzado anoche la posición de fuerza política más votada en el conjunto de los ayuntamientos españoles. Ese era, dijo, su "primer objetivo". En el sucinto análisis que hizo ante los medios de comunicación, puso el acento en destacar: "Con carácter general, el PSOE sube y el PP baja".

Como acontece a menudo en las jornadas de votación, las impresiones de los sondeos a pie de urna no fueron confirmadas por los datos que arrojó el recuento definitivo. En consecuencia, la cúpula del PSOE optó por obviar que durante muchos meses había considerado una meta emblemática la reconquista de la alcaldía madrileña.

La alcaldable socialista, Trinidad Jiménez, abordó con coraje su derrota y se comprometió a trabajar duro en el ayuntamiento madrileño durante los cuatro próximos años. Según anticipó con lágrimas en los ojos, en el 2007 volverá a intentar la conquista de la alcaldía.

Veinte minutos después de que se cerraran las urnas, Blanco agradeció a los ciudadanos la alta participación electoral.