Es difícil, se diría que es casi imposible, pero es muy necesario hacerlo bien porque su sombrilla puede acabar en la cabeza del vecino. Lo cierto es que cada verano se lee alguna noticia en la que alguien ha sido golpeado por una sombrilla. Primero, hay que dar vueltas con el palo, cuando está suficientemente hundido hay que aplanar la arena y, luego, colocar la parte superior de la sombrilla y abrirla.