El pasado día 18, Ecologistas en Acción de la Comarca de Tentudía comunicó la aparición de peces muertos en el embalse de Tentudía; incidente que, según este colectivo, “habría comenzado antes del 25 de julio”. Hecho que pusieron en conocimiento de los Agentes del Medio Natural. Desde entonces, según las mismas fuentes, “se habrían retirado más de 2.000 kilos” de peces de las orillas, “para evitar la disminución de la calidad de las aguas y que aumente la mortandad de peces”.

 La especie afectada es el barbo gitano, “una especie, pescable, pero casi amenazada”, propia de “aguas más someras y de reculajes”. Según el grupo ecologista, los servicios de pesca de la Junta de Extremadura y de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, (CHG), se habrían encargado de la retirada de los ejemplares, así como de analizar el agua, “que podría haber dado la presencia de acumulación de purines”, que no habrían sido fruto de “un vertido actual, sino de la acumulación continua, por contaminación difusa, arrastres y vertidos puntuales en invierno”. Esta circunstancia, ha sido puesta en conocimiento, por parte del colectivo conservacionista, tanto a la CHG, como a la Junta de Extremadura, para que “se tomen medidas”, y así “evitar estas mortandades de peces autóctonos y la alteración de la calidad de las aguas”.

 Motivos

 En un informe de la mancomunidad de Tentudía, se explica, que, tras tener conocimiento de este episodio, se solicitó información al Servicio de Pesca de la Dirección General de Medio Ambiente, desde donde se informó que por parte de un Agente del Medio Natural se habría comunicado este hecho, que posteriormente fue notificado a la empresa que se dedica a estos servicios. La Dirección General y la CHG, “se coordinan para hacer una retirada de los peces que aparecen muertos en la orilla”. Estas tareas, según el informe, “se desarrollan durante cuatro días, sacando aproximadamente 2 toneladas de peces muertos”.

 El hecho, se explica desde la mancomunidad, “se produce principalmente en la recula o cola del embalse, en zonas lodosas”. Precisamente en estas zonas es en las que se producen sustancias de amonio y amoniaco, derivadas del nitrógeno, las cuales “reaccionan con el agua, consumiendo oxígeno”. Además, estas mismas sustancias, “alimentan a las algas, que también consumen grandes cantidades de oxígeno”; manifestándose, principalmente, “en las zonas de baja profundidad”.   Otros factores a tener en cuenta, serían “los bajos niveles de agua” que presenta el pantano; las altas temperaturas, “que ayudan a que aumenten las algas”; así como que en esta época del año hay muchas más horas de luz.

 El informe, coincide en que la única especie que se ha visto afectada es el barbo juvenil y adulto, de aproximadamente 1´5, o 2 kilos de peso; aunque difiere, en cuanto a que esta especie “no está amenazada”. El resto de especies piscícolas, “no se han visto afectada”.

Calidad del agua

 Esta situación, manifiestan desde la mancomunidad de Tentudía, “no afecta en absoluto a la potabilidad del agua”, puesto que “el amonio, o el amoniaco, (derivados del nitrógeno), y las algas, son sustancias y nutrientes naturales, que no causan ningún tipo de contaminación, ni afectan a la depuración del agua”. Del mismo modo, sostienen, “estos episodios de mortandad de peces, suele ser escandalosos, por lo que se actúa rápidamente en su retirada”.

  No es la primera vez que se dan situaciones similares en este pantano, como consecuencia de las condiciones de sequía y altas temperaturas que se vienen dando en la comarca. Actualmente, el embalse de Tentudía, del que se abastecen los nueve municipios de la comarca, se encuentra al 32,8% de su capacidad, con solo 1,6 hectómetros cúbicos, (sobre los cinco totales). Dadas sus reducidas dimensiones, el cada vez mayor consumo humano, de empresas y extrarradio, así como los largos episodios de falta de lluvias, la presa se encuentra durante casi todo el año en estado de emergencia.