«Escuché un golpe en la puerta del bar y dije que estaba cerrado. Pero entraron y respondieron que para lo que ellos venían a hacer, les daba igual si estaba abierto o cerrado», recuerda Antonio Peña del momento en el que tres hombres irrumpieron en su negocio este viernes mientras él se preparaba para iniciar una mañana como otra cualquiera en el café-bar El Rincón De Tony, que regenta en Villafranca de los Barros desde hace poco más de un año. 

Eran las 9.30 de la mañana y la puerta estaba entreabierta, como hace cada día mientras cumple con la rutina de bajar los taburetes desde la barra, poner la televisión del local con música y tomar un café a solas en la barra antes de que lleguen los primeros clientes. 

«Me pidió que subiera la música y empezaron a golpear las máquinas tragaperras para sacar el dinero», cuenta

Justo se disponía a disfrutar de ese momento cuando, según su relato, irrumpieron las tres personas en el local, con la cara cubierta, y uno de ellos fue directo a él con un cuchillo en la mano con el que le amenazó: «Me dijo que me quedara quieto donde estaba y me pidió el mando de la televisión sin dejar de apuntarme con el cuchillo. No dejó de hacerlo en ningún momento», recuerda. Como el dispositivo estaba dentro de la barra, el atracador le acompañó a recogerlo, sin dejar de intimidarle con el cuchillo, y le pidió que subiera el volumen de la música muy por encima del nivel de lo que él lo había puesto antes. Entonces los otros dos atracadores comenzaron a golpear con una macheta (una maza de menor tamaño) una de las dos máquinas tragaperras que tiene en el bar para sacar el dinero que tenían dentro (la otra la dejaron porque está reforzada y consideraron que sería más complicado). Antonio Peña contemplaba la escena con el cuchillo pegado a él y cree que con la música a todo volumen pretendían amortiguar el ruido de los golpes. 

La caja estaba vacía

«Cuando terminaron con las tragaperras, el hombre que tenía el cuchillo me pidió el dinero de la caja, pero le dije que estaba vacía porque el bar llevaba cuatro días cerrado», dice el hostelero, que recuerda que en sus redes sociales había comunicado que el bar no se abriría entre el 9 y el 11 de noviembre por descanso. Ayer viernes, día 12, tocaba volver la rutina. «¿Y si vas a abrir hoy el bar es que no vas a poner dinero en la caja? ¿Dónde lo tienes?», cuenta que le insistió el asaltante del cuchillo. Entonces Antonio le señaló su bolso, en el que estaba aún los 1.050 euros que se disponía a meter en la caja. «Cuando fui a darle los billetes hice una tontería porque hice un poco de pinza con los dedos para tirar del dinero y él respondió dándome con el cuchillo en la mano. Me hizo un corte, pero me lo podía haber clavado. Ha sido algo inconsciente, una reacción tonta. No sé ni por qué lo he hecho», se lamenta al otro lado del teléfono desde su bar, unas horas después. 

«Tengo miedo, pero no me lo puedo permitir, tengo que recuperarme cuanto antes de esto», asegura. Por eso tras presentar la denuncia ante la Guardia Civil volvió a su bar y a su café frío. «El dinero me da igual, estoy vivo. Lo demás no importa», dice ya de vuelta a su rutina.