La procesión del Corpus Christi se celebró ayer por la mañana con la participación de numerosos niños vestidos con sus trajes de Primera Comunión. La fecha del desfile procesional, que se iba a celebrar hace una semana coincidiendo con la feria y con un puente, se cambió y se pasó a ayer. La participación fue numerosa, a pesar del calor, y como principal novedad se sacó en procesión el mantel de la Ultima Cena, que es la reliquia más significativa de la diócesis y que en estos días se expone en una de las capillas de la concatedral.

Hermanos de la cofradía sacramental de la Sagrada Cena fueron los encargados de portar el paso con la reliquia, que se guarda en la catedral de Coria, población a la que llegó después de la conquista de la ciudad por el rey Alfonso VII, y que posiblemente fue traído desde Francia por el obispo Iñigo Navarrón. Otros investigadores opinan que un obispo cauriense lo trajo de Roma antes del siglo VIII.

La procesión, a la que asistieron autoridades eclesiásticas y civiles, recorrió las principales calles del casco antiguo y finalizó en la plaza Mayor, donde se fueron colocando los niños, que dejaron un amplio pasillo, y se procedió a la bendición del Santísimo Sacramento. Antes de iniciarse el desfile procesional con el Santísimo Sacramento se celebró la misa pontifical.