El proyecto de rehabilitación que el Ministerio de Cultura va a emprender en el antiguo poblado minero es uno de los más ambiciosos de los que ha llevado a cabo la administración estatal dentro del Plan Nacional de Patrimonio Industrial. Se debe fundamentalmente a la amplitud de la zona de intervención y la cantidad de elementos aislados que integran el entorno de Aldea Moret, según los técnicos del Ministerio que ayer recorrieron la zona. Pero también es consecuencia del mal estado de conservación de parte de este patrimonio, muy deteriorado como consecuencia del abandono.

La visita de ayer era la primera que realizaba el personal de Cultura desde que la administración estatal adquirió el compromiso de intervenir en Aldea Moret. Hasta ahora la relación entre ambas administraciones se había limitado al intercambio de información sobre la zona que ayer recorrieron desde las 10 de la mañana hasta el mediodía. Junto al concejal de Innovación y Fondos Estratégicos, Víctor Santiago, los técnicos visitaron la iglesia de San Eugenio, las antiguas casas de los ingenieros, algunas de la bocas de minas y los edificios adyacentes, además de otros edificios en los que ya se ha intervenido --como el Embarcadero-- o se va a intervenir de forma inminente --el almacén de fosfatos que albergará el semillero de empresas--.

ACTUACION PRIORITARIA Precisamente el edificio situado junto a estos dos es uno de los que se han señalado como prioritarios dentro de la intervención integral. El ayuntamiento quiere aprovechar sus dimensiones y su altura --equivalente a un edificio de cinco plantas-- para transformarlo en un centro expositivo de recepción de visitantes. Y los técnicos del Ministerio se muestran favorables a que se siga el orden de prioridades establecido por la administración local. Si es así, este edificio albergaría además del centro de recepción de visitantes, distintas actividades culturales y un restaurante.

Esta intervención será una de las que se incluyan en el plan director que se redactará en los próximos meses. Desde el Ministerio esperan que antes de julio puedan estar definidas las bases y que antes de año y medio la empresa adjudicataria tenga definido el catálogo de intervenciones y los posibles usos de cada edificio. El plazo global de las intervenciones no debería superar los seis años, aunque desde ambas administraciones reconocen que no es fácil fijar plazos. También coinciden en la necesidad de que se impliquen en el proyecto, además de las tres administraciones, otras instituciones, fundaciones o empresas privadas en las intervenciones puntuales del proyecto global.

El plan director actuará como proyecto marco para definir la filosofía de la intervención. Dentro de las actuaciones previstas, se hará un estudio histórico de lo que el conjunto supuso para la ciudad y estudio exhaustivo de la topografía y de cada uno de los elementos del antiguo poblado minero. Quieren evitar que se pierda más patrimonio del que ya ha hecho desaparecer el abandono. Además se incluirá la necesidad de hacer un estudio específico de una galería para que pueda abrirse al público y otro de la botánica de la zona.