La Dirección General de Trabajo abre una investigación para determinar si en Fátima se cumplían las condiciones de seguridad, tras quedar colgado de una viga un operario que realizaba el pasado martes trabajos de reposición de las uralitas en la cubierta del templo. La Federación de Metal, Construcción y Afines de UGT también pidió que se esclarezcan las causas del suceso.

Fuentes de la Consejería de Igualdad y Empleo indicaron ayer que "se trató de un incidente y no de un accidente" al no registrarse heridos y confirmaron que un técnico del Centro Extremeño de Seguridad y Salud Laboral se desplazó por la mañana a la obra, en la que no había nadie trabajando, extremo comprobado también por este diario.

Gonzalo González, jefe de la Inspección de Trabajo, señaló a mediodía de ayer que estaban a la espera del parte de la empresa. Este responsable avanzó que tienen previsto visitar la obra, sin especificar cuándo.

Por su parte, el párroco de Fátima, Juan José Rivero, rehusó hacer declaraciones al encontrarse fuera de la ciudad, sin dar tampoco explicaciones de por qué no había actividad en el tejado ni cuándo se iba a reiniciar.

Pablo Bejarano, encargado del despacho parroquial, aseguró que se cumplían las medidas de seguridad. Afirmó que el operario "llevaba puesto un arnés y quedó colgado de la línea de seguridad al sufrir un tropiezo". También desconocía por qué la empresa Arpesa no había reanudado ayer los trabajos. Este diario intentó ayer de nuevo, sin éxito, contactar con ella.