El Teléfono de la Esperanza de Cáceres recibe una media diaria de 15 llamadas, cifra que si la extrapolamos a nivel mensual sobrepasa las 800. En su sede, de 110 metros cuadrados y con un pequeño salón para impartir cursos de formación, trabajan los 43 voluntarios con los que a día de hoy cuenta esta oenegé. "Las llamadas han aumentado y especialmente las que tienen un marcado sabor trágico, porque el problema económico está incidiendo en la gente", explica el presidente de la entidad en Cáceres, Manuel Femia Godoy.

En algunos casos, la crisis económica ha traído consigo una ruptura de la salud mental y de la estabilidad emocional. Por ello, esta organización lleva ya siete años en Cáceres trabajando en la empatía y en proporcionar consuelo a los más desalentados. "Todo el teléfono es anónimo, nadie se identifica ni nosotros tampoco", informa Femia, quien asegura que las personas cuando llaman tienen, de entrada, dos problemas: "el problema en sí y tener que decirlo".

La espiral de angustia y desesperación a la que se ven abocadas muchas personas que lo están perdiendo todo con la crisis está provocando situaciones dramáticas. Los voluntarios de los teléfonos de la esperanza en España atendieron el año pasado 1.567 llamadas en las que los llamantes manifestaron de manera explícita su intención de suicidarse. Esta cifra supone un incremento del 29,5% en el número de llamadas de contenido suicida con respecto al año anterior.

SUICIDIO "No te puedes imaginar cómo ha aumentado con la crisis el índice de personas que se quieren quitar la vida o que, al menos, se les pasan ideas suicidas por la cabeza", sostiene Femia, quien destaca el importante papel que juega la religión: "Retiene a la gente porque piensan que no pueden quitarse la vida voluntariamente". Pero en cualquier caso, la función de los voluntarios es "sacar a las personas del apuro". Por ello, desde el teléfono se ponen en marcha todos los recursos disponibles. "Creo que hemos salvado a mucha gente", sentencia. Sin embargo, "aunque hay muchos casos en los que la economía provoca ideas suicidas, normalmente los suicidios están más vinculados con los grandes depresivos. Los bipolares corren muchos riesgos", advierte Femia.

"Gran parte de las veces las personas sienten una soledad terrible y es muy importante que alguien las escuche con cierto interés", confiesa. Así que como posible respuesta, desde la entidad recomiendan a los usuarios que tengan animales de compañía, porque "se está demostrando la eficacia para hacer sentir más vivas a las personas".

"Cuando alguien llama lo primero que espera es encontrar al otro lado a una persona equilibrada y sensata", apunta Femia. Así, desde la asociación se imparten cursos para ser orientador de crecimiento y de técnicas para entablar un diálogo fructífero. "Es raro el mes en el que no damos alguna charla o conferencia", apostilla. De hecho, ya han contado con profesionales de todo tipo de patologías mentales, esquizofrenia, depresión, alcohol o drogas. Y es que, la crisis y el desempleo han disparado el número de usuarios que recurren a este servicio, que funciona las 24 horas del día los 365 días del año (927-62-70-00).