La Calle de los Bares

Siempre he sentido devoción por una calle de Cáceres. Será porque mis primeras noches juveniles tuvieron parte de su feliz desarrollo en ese lugar tan pleno de sabor 'catovi'. Eran tiempos un poco locos, de salir con los amigos, de empezar a tener devaneos con el alcohol (moderadamente, ¿eh?) y, cómo no, de relacionarse con el otro sexo.

En fin. Me refiero a la popularmente llamada 'Calle de los Bares', oficialmente General Ezponda. Me quedo con la primera denominación. Para muchos cacereños podrá cambiar de nombre en el futuro. A muchos nos dará igual. Seguirá siendo la Calle de los Bares.

Tuvo un encanto especial. Aun hoy la tiene, pero, qué quieren que les diga, aquello ya no es lo que era. En los últimos días he hecho el nostálgico recorrido varias veces. Sentí pena. Anoche repetí. Hay pisos en venta o alquiler que dan sensación de podredumbre. Que se haga algo ya, hombre.

Muchos de los bares clásicos, con una sola excepción, se fueron al limbo. Los que sobreviven lo hacen con mucho esfuerzo, con algunas alternativas válidas, arrastradas por el mal momento y la mala gestión. Ahí está el Amador (posar era obligación vital), el de la gramola, el del sabor diferente. En la Calle de los Bares, en la plaza Mayor, ha pasado el tiempo y su tiempo ha pasado. Ni siquiera los políticos se han acordado. Qué triste olvido, qué grandes momentos.