El homenaje a la figura de la madre en la misa de las nueve de la mañana de hoy, el Besamanto, que comienza mañana a las ocho y concluye el sábado a las doce de la noche, y la procesión de subida, que se celebrará como marca la tradición el primer domingo de mayo con salida a las nueve de la mañana desde la concatedral de Santa María, suponen la recta final de un Novenario en el que nuevamente los cacereños han vuelto a demostrar su inmensa fe mariana. Sobran las razones para que, visto lo visto, la Junta de Extremadura dé el visto bueno a la declaración de este acto como Fiesta de Interés Turístico Regional. Ayer fue día de presentación de niños a la Virgen y la patrona lució su manto 88, una prenda excepcional muy contemporánea (1994) que destaca por sus bordados en hilo de oro.