Me produce una enorme vergüenza enviarles estas fotos realizadas con el móvil, porque son de mi ciudad, Cáceres, y desde siempre lo que me ha gustado, más bien, es todo lo contrario, difundir las cosas bellas de Extremadura que tiene muchas y variadas, pero esto es increíble e indignante y no se puede mirar para otro lado, con el agravante que en este paraje desde hace tiempo se lleva gastando muchísimo dinero público dado que parecía uno de los lugares emblemáticos que más se querían poner en valor.

Sin duda, una de las zonas más importantes de Cáceres por su patrimonio histórico y cultural es la Ribera del Marco, pues sin ella, sencillamente Cáceres no existiría y aquí no se hubiera quedado a vivir ni el tato, no sólo por el agua que aporta este arroyo de 7 kms sino por las maravillosas huertas que en tiempos de carestía dieron de comer a muchos cacereños.

Afortunadamente el ayuntamiento un día se dio cuenta de ello creándose un magnífico sendero del corredor urbano de la Ribera del Marco, que aunque tuvo un alto coste, no estoy seguro, pues se sufragó con variados proyectos pero he leído cifras con bastantes ceros, del tenor de un millón y medio de euros, pero a pesar de ello, creo que había valido la pena para recuperar una zona verde para Cáceres tan emblemática que según palabras de los políticos sería un referente para el medio ambiente.

El domingo pasado mi pareja y yo, como tantas otras veces, decidimos darnos un paseo por esa zona, aprovechando la mañana fresquita y así disfrutar viendo puentes, pasaderas, molinos, almazaras y batanes... o escuchar su increíble avifauna... como así rezan los carteles informativos de gran calidad que proliferan por la zona... comenzamos en Fuente Fría y finalizando en la Charca del Marco, otro día con más energías continuaríamos por la solana de la Montaña...

En cambio, después de andar unos metros, sorpresa mayúscula: lo que antes era un maravilloso paseo que ponía en valor una de las zonas históricas de mi ciudad, se había convertido en la selva amozónica, lo que estaba llamado a ser "el referente para el medio ambiente" era realmente "un referente de la dejadez y el abandono", con cardos borriqueros por doquier que se te clavaban en la cara dada la enorme altura que tenían (lo que daba fe que estas condiciones deplorables ya llevarían un tiempo).

Un vecino de la zona, indignado como yo, me dijo que ya el año pasado se quejaron al ayuntamiento de la poca prisa que se daba en adecentar la zona, pero la respuesta fue: "Que en Cáceres hay mucho campo y hay que arreglar antes otras zonas". Y la Charca del Marco está tres cuartos de lo mismo, raro es que no apeste ya dado el color putrefacto de sus aguas y no estén los peces flotando y entonando el gori-gori. Otro vecino me indicó que una vez la limpiaron. Ah ¿Y cuándo fue eso? Cuando iban a venir unos señores de la Unión Europea a ver unas cosas... pero ahora los vándalos campan a sus anchas y las maderas del puente están medio destrozadas... Sin comentarios...

Desde luego es para ponerse a temblar, si un lugar tan céntrico a pocos metros de la residencia y de los juzgados está de esta guisa, ¿Cómo no estarán otros lugares de la periferia? Quiero entender que Cáceres será algo más que las cuatro calles del centro, Cánovas y el Parque del Príncipe ¿o no? ¿Tanto cuesta contratar un jardinero o hacer un mínimo desbroce para adecentar la zona que de paso aliviaría las listas del paro?

Es muy común en nuestros días, que la gestión del dinero público se base en inaugurar muchas cosas y olvidarse después de mantenerlas, lo que es igual a tirarlo por la taza del water. Este tipo de gestión sólo sirve a nivel de galería para que el político se haga la foto de rigor pero no para el disfrute de los ciudadanos que comprueban perplejos como sólo pueden disfrutar de esas inversiones por tiempo limitado hasta que la falta de mantenimiento las hace desaparecer. Desde luego éste no es el Cáceres en el que quiero vivir.