Encontrar una habitación doble en un hotel de Cáceres para las noches de Jueves y Viernes Santo ya es misión casi imposible. La gran mayoría de los alojamientos (hostales, apartamentos, hoteles de distinta categoría...) están al completo en todos los buscadores de Internet, y hasta el camping carece de parcelas disponibles durante esa semana. Tan solo quedan algunas plazas en apenas media docena de hoteles, generalmente los de mayor capacidad. Pero si se quieren reservar, hay que rascarse el bolsillo porque marcan los precios más altos de todo el año.

Del medio centenar de alojamientos situados en la capital cacereña, solo es posible encontrar habitaciones en cinco o seis hoteles dependiendo del Jueves o Viernes Santo, según las consultas realizadas por el periódico EXTREMADURA durante la pasada semana. Las más baratas superan a estas alturas los 150 euros/noche y las hay por más de 200, superiores a 300 e incluso por 500. Y eso las dobles, porque las habitaciones familiares (una pareja con dos hijos) ya son excepción y a 300 euros/noche. En cualquier caso, una reserva normal en tiempo y forma para pasar Jueves o Viernes Santo en Cáceres oscila entre 120 y 180 euros/noche (habitación doble).

Hace días que los buscadores indican un nivel de reservas superior al 90% en la capital cacereña. Desde hace tiempo remiten a otros municipios de la provincia (Montánchez, Brozas, Cañaveral...), pero también se han agotado en su mayoría. Y ello pese a la amplia infraestructura de la ciudad, que según los datos del Observatorio Socioeconómico de la Diputación Provincial dispone de 2.509 plazas en establecimientos hoteleros, 538 en el camping, 35 en albergues y más de un centenar en apartamentos turísticos, una opción de moda que sigue creciendo.

Jesús Bravo, secretario del Clúster de Turismo de Extremadura y profesional largamente vinculado a la hostelería cacereña, afirma que cada año las reservas se realizan con mayor antelación «porque la Semana Santa, de Interés Turístico Internacional, se está haciendo muy popular». De hecho, «en las webs de reservas hace tiempo que solo aparecen cuatro hoteles en la ciudad y te facilitan otros incluso a 50 kilómetros. Pero eso no quita que los establecimientos sigan recibiendo llamadas hasta última hora porque la demanda continúa», explica.

La tendencia se consolida. La Semana Santa constituye con diferencia la temporada alta de Cáceres y su influencia se extiende durante quince días antes y después de las fechas clave. «Ya tiene fuerza y todo el mundo la conoce, es un periodo de lleno seguro», suscribe José Polo, uno de los titulares de Atrio, que también alberga inmejorables expectativas. «Las plazas de la ciudad se acaban agotando», subraya.

Respecto a los precios de las últimas habitaciones disponibles, alcanzan las tarifas más altas del año, «pero en Cáceres no se llega a los 900 euros (o más) de los San Fermines, aquí no nos volvemos locos, no se abusa, porque en los hoteles hay profesionales que conocen sus productos perfectamente. Además, las habitaciones que superan la media habitual llevan también servicios añadidos por encima del resto», subraya el secretario del clúster.

Este miércoles faltarán 15 días para que muchos españoles inicien sus vacaciones. Probablemente ya no queden plazas en Cáceres. «Habrá una oleada de última hora que no encontrará nada», indica Jesús Bravo. Sin embargo, algunos ciudadanos tienen flexibilidad para viajar el fin de semana anterior o los días posteriores, y en ese caso podrán hallar plazas disponibles y a mejor precio, si bien constituyen fechas de alta ocupación (entre un 70% y un 80%).

El viajero de Semana Santa es distinto al que viene el resto del año a Cáceres, porque las tarifas suben. «Tiene un perfil medio-alto y se muestra muy respetuoso con el ambiente procesional y con los servicios de la ciudad. No suele contratar la pensión completa, como máximo media pensión, ya que prefiere disfrutar de la reconocida gastronomía en los restaurantes locales o tapear», precisa Jesús Bravo.

El turista es eminentemente nacional, sobre todo de Madrid, Castilla-León y Andalucía. Tiende a repetir cuando descubre la Pasión cacereña en su entorno monumental, y además aprovecha para visitar Los Barruecos, Trujillo e incluso Guadalupe, Plasencia y Mérida. Tan solo echa de menos pequeñas carencias que los hosteleros insisten en demandar: una oficina de turismo en la plaza Mayor y aseos públicos.