Fernando Jiménez Berrocal, cronista de la ciudad, ha sido el encargado este sábado de poner voz, de transcribir en palabras, el sentimiento de sus vecinos.

Residente en la plaza de Santiago, desde hace más de 30 años, Jiménez reivindicaba ante las autoridades locales y representantes de los grupos políticos de la ciudad «este barrio del arrabal como un espacio para la vida, un espacio diferente, donde convive un importante mestizaje cultural».

Fernando Jiménez Berrocal, Juan Manuel Honrado, Guadalupe Martín y todos los demás quieren que el suyo sea «un barrio para la vida, un espacio en el que debe fijar su mirada la administración a la hora de potenciar la cultura comunitaria». De hecho, como comentaba el cronista a este diario «la comunidad salta a la vista, con una plaza llena de niños y unos vecinos que llevan trabajando de manera altruista desde las nueve de la mañana». «Todo esto es muy importante porque se crea barrio y, al mismo tiempo, se crea futuro que es, en realidad, la apuesta que estamos realizando».

Y este sábado así amaneció vestido el barrio de Santiago, con un traje multicolor que envolvía el espacio en una fiesta vecinal de convivencia intergeneracional por la que 35 vecinos han estado trabajando en los últimos días para que no faltara nada, para que no sobrara nadie.

Comida multitudinaria / Quique Campero, alumno del «gran Eustaquio Blanco, cocinero cacereño de toda la vida, con el que hice un cursillo», es el autor de la paella vegana, con «todas las verduras que había y tres kilos de arroz». Hasta que se acabe.

Para los carnívoros un gran cocido con diez kilos de garbanzos al que no faltaba panceta, carne y hasta juegos de jamón ibérico. La organización había contado con poder servir 200 raciones y, de hecho, así fue. Porque ni veganos ni omnívoros dejaron nada en el plato.

José Manuel Honrado se siente satisfecho con la marcha de los acontecimientos. «Hemos pasado de la proclama de ‘recuperemos Santiago’ a ‘Santiago, patrimonio para compartir’ porque, insiste, en que en la plaza, en el barrio no sobra nadie».

En opinión del presidente vecinal, «la administración, tal como ha dicho Fernando (Jiménez) en la lectura del manifiesto, debe abrir espacios públicos como, por ejemplo, el palacio de Godoy y ponerlos a disposición de los vecinos». «Son muchos los ciudadanos que están rehabilitando viviendas en este barrio y recuperando la zona». Y esa misma responsabilidad les gustaría observar en la administración.

Honrado valora positivamente que en la última reunión mantenida con las administraciones estuviera presente el IMAS, tal como la asociación había solicitado. «Es un tema complicado, pero sin los servicios sociales, cualquier solución que hubiéramos planteado habría nacido coja».

A las ocho de la tarde, llegaba el momento del teatro de sombras y de cocinar unas buenas migas.

Antes del anochecer, la plaza se llenó de música con las actuaciones de Kaótica Kosmonáutica, y Los mareados.