De Justo, ‘el Cossío cacereño’

El 22 de septiembre, el mismo día que fallecía su padre, resultó corneado en el muslo en la plaza francesa de Mont de Marsan cuando toreaba a Mocito, el primero de su lote de la tarde, de la ganadería de Victorino Martín. Fue trasladado a la enfermería, pero salió nuevamente al ruedo para culminar la lidia, que acababa de brindar a su padre, Emilio Serrano.

A los cacereños nos quedaba el buen sabor de boca de esa fabulosa e inolvidable faena por la que salió por la puerta grande en la última Feria de Mayo de Cáceres, donde Emilio de Justo volvió a demostrar su torería, lo mismo que hizo el pasado 30 de septiembre cuando salió a hombros de Las Ventas.

Talavante doctoró a Emilio de Justo en presencia de Cayetano en 2007. Si las cosas suceden es por algo. Desde entonces hasta hoy detrás del diestro hay una carrera de lucha, esfuerzo y superación que hace solo unos días se ha visto recompensada con el galardón al torero revelación por la XXV edición de los premios Cossío, que anualmente concede la Real Federación Taurina de España a los personalidades más destacadas de la temporada.

Ayer, Emilio de Justo fue recibido por la alcaldesa, Elena Nevado, en reconocimiento a la que ha sido la temporada más importante de su carrera como matador. Con orgullo lleva su cacereñismo, también su origen de Torrejoncillo. Y en cartel, una ambiciosa gira americana tras sus éxitos en España y Francia: el 9 de noviembre, en Lima, el 11, en Quito. Y a finales de año rumbo a Cali, y Manizales. En febrero, a Medellín, y en perspectiva México para final de ese mismo mes. «Está siendo una temporada en la que estoy recogiendo frutos a tantos años de sacrificio y dureza», decía ayer el maestro en declaraciones a este periódico.

Agradecido, ensalza a la afición cacereña: «Cáceres es una ciudad muy taurina, con buenos aficionados y sobre todo somos una provincia muy ganadera, con muchísimas ganaderías importantes que convierten a la fiesta en un motor económico destacado». Emilio de Justo, con su sangre derramada y todo su talento, está logrando su sueño; seguramente porque está hecho de otra pasta.