Cáceres figura entre las cinco mejores ciudades españolas en sostenibilidad ambiental en 2018. Así lo afirma el Observatorio de la Sostenibilidad, formado por profesionales independientes de la universidad, la empresa y la Administración, que realizan cada año una radiografía de las 52 capitales españolas utilizando 59 indicadores distribuidos en cuatro grandes bloques: económico, social, ambiental, y transparencia y cooperación. Cáceres se encuentra en el ‘top’ ambiental, concretamente en el quinto lugar, solo precedida por Huesca (primer puesto), Vitoria, Almería y Valencia.

Según el último inventario facilitado por Miguel Durán, jefe del Servicio Municipal de Parques y Jardines, la capital cacereña cuenta con 1,9 millones de metros cuadrados de zonas verdes (se contabilizan las realmente ejecutadas, no el suelo reservado a este fin, como sí hacen otras ciudades). El informe técnico nº 297 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), considerado desde hace décadas como parámetro aceptado, fija entre 15 y 20 m² la proporción de zonas verdes por habitante para que una urbe pueda considerarse saludable. Es una cifra elevada, aun así «Cáceres cumple sobradamente al situarse entre 19 y 20 m²», indica Miguel Durán. Además, duplica el mínimo saludable (10 m²). De hecho, según datos de un informe anterior del Observatorio de la Sostenibilidad, Cáceres figura entre las seis capitales españolas con más jardines, junto con Vitoria, Girona, San Sebastián, Logroño, Cádiz y Madrid.

AIRE SALUDABLE / La calidad del aire también es elevada. En ningún momento se superó en 2017 el parámetro anual de dióxido de nitrógeno (40 ug/m3), ni tampoco el de partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (10ug/m3) o de 10 micras (20 ug/m3), ni mucho menos el límite diario de dióxido de azufre (20 ug/m3). El ozono sí preocupa en Extremadura. No obstante, la OMS muestra en un mapa cómo Cáceres es la segunda capital de provincia con mayor calidad del aire. La Red Extremeña de Protección e Investigación de la Calidad del Aire (Repica), que recaba datos desde 2004, lo califica de ‘muy bueno’ o ‘bueno’.

«En la ciudad tampoco existen industrias contaminantes. Los efectos del tráfico, que hay que rebajar, no son tan perniciosos como en otras urbes», explica Montaña Jiménez, concejala de Medio Ambiente del ayuntamiento.

Por estas y otras razones, el Observatorio de la Sostenibilidad sitúa a Cáceres en el quinto lugar de su ránking ambiental, una posición bastante significativa porque precisamente este apartado preocupa especialmente al observatorio: «La mala calidad del aire sigue sin solucionarse tanto por tráfico como por industrias, falta de reducción y gestión adecuada de residuos, ruido, mala gestión o nula de la biodiversidad, insuficiencia de espacios verdes en muchas ciudades, etc…», detalla.

De hecho, Cáceres tiene el doble de m² de jardines por habitante que la media de las ciudades andaluzas (10m²), reconocidas por el mimo a sus zonas verdes. Y eso se nota... Por ejemplo en el número de árboles. El servicio cacereño de parques registra nada menos que 28.522 ejemplares (contando solo los que están en aceras y jardines). Salvo el Cáceres más tradicional, «hoy es prácticamente imposible encontrar una calle sin ellos», indica el responsable del servicio.

Pero además, son excepcionalmente variados. «Tenemos unas 150 especies, Cáceres puede presumir de una diversidad botánica impresionante», subraya. Durante décadas solo se podían conseguir un puñado de especies que se repetían en todas las ciudades (plátanos, acacias, olmos...), pero desde hace veinte años los viveros cultivan un sinfín de posibilidades.

«Ahora se eligen fundamentalmente atendiendo al espacio que ocuparán para desarrollarse. La ciencia ha avanzado tanto que disponemos de distintas formas dentro de una misma especie: copas piramidales, globosas, en espaldera...», detalla Miguel Durán. Otras ya no se utilizan, como los plátanos, muy alérgenos. A grosso modo, cada año se plantan en Cáceres entre 800 y 1.000 nuevos árboles, «especialmente para sustituir a los que enferman o mueren (un 60% de las reposiciones) a los que se destrozan por vandalismo (20%), a los que resultan dañados en accidentes (choques de vehículos), o bien por el crecimiento de una zona de la ciudad», detalla Durán.

GRANDES ‘RESERVAS’ / Luego están las plantas que se renuevan cada temporada: entre 15.000 y 20.000 en primavera, y otras tantas en otoño. Imprimen un colorido muy especial junto con los tonos cambiantes de la arboleda. «El Parque del Príncipe suele presentar una gama espectacular, sobre todo en otoño, desde el verde al amarillo, pasando por todo tipo de ocres, rojos y marrones... Es impresionante su colección de quercíneas (robles). También de orquídeas, algunas endémicas», describe el jefe de Parques y Jardines, que destaca sobre todo el valor botánico de este espacio y de Cánovas, ambos muy reconocidos por los propios expertos.

Por tanto, «es cierto que Cáceres registra un buen número de zonas verdes, incluso podríamos decir que demasiado bueno, porque hay que mantenerlas y resulta bastante costoso. Los recursos del municipio no permiten llegar a todo lo que nos gustaría. Hay que asumirlo porque se trata de una tónica general en las ciudades, ya que el número de operarios ha ido disminuyendo con los años, especialmente a raíz de la crisis», explica Miguel Durán. En estos momentos la brigada municipal tiene 45 jardineros en activo para gestionar 852.459 m². El resto de los espacios verdes (algo más de un millón de m²) los mantienen los 63 empleados de la empresa concesionaria Talher. Para cumplir la ratio de un jardinero por hectárea y año, habría que duplicar la plantilla.

Pero además, Cáceres dará un fuerte espaldarazo a sus zonas verdes con la creación de 80.000 m2 más en un solo proyecto. Se trata de la ampliación del Parque del Príncipe, ya en obras. Cuando esté lista, la ciudad rondará los 2 millones de m² y aumentará todavía más la ya abundante avifauna cacereña que habita al calor de estos espacios. Solo en los cielos de Cáceres hay unas sesenta especies de aves, «y tenemos hechos curiosos como los conejos que viven en Cánovas hace años», revela Durán.

Por ello, y ante las últimas polémicas por los árboles afectados a causa de la obra de Virgen de Guadalupe, Miguel Durán quiere dejar claro que «ningún jardinero va a talar un solo árbol de Cáceres sin tener que hacerlo». «No solo es nuestro trabajo, además nos encanta cuidarlos, seríamos los últimos en causar daños, pero algunos enferman, hay accidentes, hay obras... », afirma, recordando que en los últimos quince años su número ha crecido en la ciudad de 14.000 a casi 30.000.

¿Y el futuro? La estrategia del ayuntamiento para la sostenibilidad ambiental pasa por tres ejes fundamentales. El primero ya está en marcha. Se trata de la ampliación del Parque del Príncipe, que pasará de 22 a 30,5 hectáreas. La inversión, 4 millones de €, permitirá habilitar doce nuevas zonas de esparcimiento, 1.000 árboles más, 40.000 metros cuadrados de arbustos, 20.000 metros cuadrados de nuevos paseos, dos rías artificiales, cuatro estanques…

Buena parte del presupuesto procede del programa europeo DUSI, que además financia la construcción de las escaleras mecánicas de Alzapiernas (414.000 €), integradas en un corredor medioambiental que unirá «el Cáceres histórico con el pulmón verde, el Parque del Príncipe», detalla la concejala. Dicho corredor contempla peatonalizar el tramo de la calle Viena que da acceso a este parque, y forma parte del segundo eje de futuro: que los viandantes ganen terreno al vehículo para una movilidad sostenible.

MENOS COCHES, MÁS PEATONES / «El 97% del tiempo que un vehículo está en la calle se encuentra aparcado, ocupando unos 10 m² del viario. Queremos tornar esa dinámica, por eso estamos creando plataformas únicas como en San Juan e impulsando los transportes públicos y los medios blandos (peatón y bicicletas)», explica.

El tercer eje se centra en la Ribera del Marco, «el origen de la ciudad, de una enorme riqueza ambiental». Es un proyecto especialmente costoso, por eso «no se pudo incluir en el DUSI y en su lugar se abogó por el Parque del Príncipe». De ahí que se fije un gran objetivo al que caminar con inversiones sucesivas: «la regeneración de la Ribera hasta conseguir un paseo fluvial con carriles bicis, zonas verdes…».

Lo primero es asumir la limpieza del cauce por parte del ayuntamiento tras la negativa de la CHT. Además se ha optado al proyecto europeo Ícarus (Cáceres solicita entre 600.000 € y 1 millón) para empezar creando un centro de interpretación del Marco, mejorar la accesibilidad y los caminos, instalar parques infantiles, habilitar rutas y otras actuaciones.